En 1922 en China, se publicó con el nombre de El caballero encantado la primera traducción al chino de Don Quijote. Su traductor no sabía español así que lo tradujo escuchando a un asistente que tampoco sabía español, pero le contaba en chino lo que leía desde una versión en inglés. El resultado de esta superposición de idiomas y traductores es un Don Quijote entre monjes y refranes chinos.
Casi un siglo después, este Don Quijote chino se publica por primera en español. Entrevistamos a Guillermo Bravo, el editor de esta retraducción, y un protagonista del intercambio cultural desde sus librerías en China enteramente dedicadas a los libros en español.
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EL QUIJOTE DE LIN SHU
¿Podés contarnos la historia de este primer Quijote traducido al chino?
En pocas palabras, Lin Shu era un un funcionario de la corte imperial que tradujo decenas de obras europeas al chino sin saber ninguna lengua extranjera. Empezó a traducir de casualidad por recomendación de un amigo para distraerse un poco luego de la muerte de su esposa. Entre centenares de libros entre los que se encuentran las principales obras de la literatura europea tradujo también el primer tomo del Quijote junto a un colaborador, del inglés al chino.
¿Cómo es eso?
Como todo funcionario, Lin Shu era un letrado muy educado, porque en ese momento, como en casi toda la historia de China. para ser funcionario era necesario superar exámenes sobre las disciplinas clásicas de China: la poesía, la filosofía china, la caligrafía, y tenía un conocimiento extraordinario de su propio idioma y desde ya de las obras de Confucio. Después de la muerte de su esposa, él estaba muy deprimido y un amigo que había vuelto de un viaje a Francia le propuso traducir La dama de las camelias de Alexandre Dumas, como para tener una actividad que lo sacara de la depresión. Su amigo habla francés y podrían hacer la traducción juntos de este libro que estaba llamando la atención allá en Francia. Así fue como se tradujo por primera vez una novela europea moderna al idioma. La cuestión es que la versión china de La dama de las camelias fue un éxito y tuvo un gran impacto en la literatura y el teatro hinos Lin Shu siguió traduciendo novelas europeas. Tradujo más de quinientos libros, entre ellos Los viajes de Guilliver, Robinson Crusoe, David Copperfield y desde luego, El Quijote.
¿Y cómo tradujo todas esas obras si no sabía ninguna lengua extranjera?
Trabajaba con alguien que sabía la lengua extranjera y le iba contando la novela para que él la escribiera en chino. Así tradujo todas sus novelas.
¿Es una traducción sumamente libre?
Cuando empezamos el trabajo con Alicia Relinque, la traductora del libro, una de las mejores traductoras del chino antiguo, nos sorprendió advertir que la traducción no era tan libre como esperábamos: ahí estaba el capítulo uno con su primer párrafo, con su segundo párrafo. Pero, después de esta sorpresa inicial, las adaptaciones empezaron a aparecer. Por ejemplo: Lin Shu se apoya en una literatura china de artes marciales -una literatura todavía por descubrirse en español- para traducir la tradición española de caballería. Otro ejemplo: Lin Shu hizo un caballo fuerte y veloz, porque no le parecía que Quijote anduviera en un caballo flaco y débil. O hay partes donde Don Quijote vomita, Lin Shu las omite, porque el Quijote de Lin Shu no es un antihéroe, ni es ridículo.
¿Hay una lectura más romántica que satírica?
Exactamente. En El caballero encantado se valora el idealismo de Don Quijote, que siga luchando y soñando. Mientras que en el Quijote de Cervantes, Don Quijote siempre termina ridiculizado por su idealismo, al menos desde mi punto de vista Cervantes critica y se burla del idealismo. Es interesante esta diferencia, considerando que tanto Cervantes como Lin Shu escriben en épocas de ocaso. Cervantes, cuando se agotaba el esplendor del imperio español. Lin Shu, tras las caída de las instituciones imperiales chinas, cuando la cultura china empezaba a abandonar los cánones clasicistas para explorar nuevas formas modernas.
¿Cuál es el rol de Lin Shu en esa transición? ¿Es parte de la modernidad china o es parte de, por decirlo así, el viejo régimen?
Tiene un lugar raro, porque si bien introduce la novela moderna europea y eso impactó directamente en los nuevos autores, también era un conservador que se oponía a la renovación del lenguaje literario. Por un lado, sus traducciones tuvieron muchísimo impacto entre los escritores jóvenes que querían dejar atrás la cultura clásica china, pero, por el otro, esos mismos jóvenes criticaban a Lin Shu como un representante del tradicionalismo. Lin Shu había sido funcionario en la Corte hasta la disolución de las instituciones imperiales y se había vuelto un escritor importante.
¿Pero ese ímpetu traductor no era ya un rasgo moderno en Lin Shu?
Es cierto. Pero no sé hasta qué punto él afrontaba esas traducciones como iniciativas propias y hasta qué punto las afrontaba como meros encargos laborales. Porque las traducciones de Lin Shu fueron un éxito comercial. Después de la publicación de La dama de las camelias, Lin Shu acepta muchos encargos de traducciones. La editorial que le pedía las traducciones era Commercial Press, que todavía existe y es con quien publicamos en China la edición bilingüe de El caballero encantado. Pero algo es cierto: aceptando tantos encargos, Lin Shu termina representando un rol más allá de sus propias ideas sobre su lugar en el mundo. Por otra parte, la idea de modernidad es ajena al ámbito chino por lo que la traslación produce confusiones.
¿El caballero encantado también tuvo éxito?
Sin dudas, tuvo un impacto muy fuerte. Las primeras versiones se hicieron a partir del inglés y después se empezó a traducir del francés. Hasta que la traductora Yang Jiang -una gran escritora que sin duda hay que reivindicar y que sería bueno que conozcamos más en nuestros países- aprendió español específicamente para traducir Don Quijote. Es una traducción con errores, su español no era tan bueno y a veces adivinaba el español a partir del francés o el inglés. Por ejemplo, confundiendo “parientes” con “parents”y otros errores de ese estilo. Y el último traductor es Dong Yansheng que es todo un hispanista e hizo una traducción muy cuidada. Pero creo que la traducción más popular entre los chinos es la de Yang Jiang, porque aunque tenga muchos errores es más viva y es muy entretenida.
Volviendo al Caballero Encantado, ¿Qué pasa con los procedimientos formales tan novedosos del Quijote, como la aparición del propio Cervantes adentro de la novela, o las referencias meta textuales?
Lin Shu eliminó todo eso. No puso el prólogo y no puso ninguna mención a Benegeli. En el Quijote de Lin Shu hay un solo autor que tiene toda la autoridad y que lo que está diciendo es verdad. Cuando Lin Shu dice don Quijote va en un caballo, don Quijote va en un caballo. Cuando Cervantes dice “don Quijote va en un caballo” también dice “bueno esto lo saqué del
árabe Benengeli, y lo tradujo un chico, y ya saben cómo son los árabes, no se les puede creer todo lo que dicen”.
¿Tenés alguna hipótesis de por qué Lin Shu no incluyó estos juegos narrativos?
Yo creo Cervantes, como escritor, quería innovar literariamente y que Lin Shu, como traductor, quería que sus lectores entendieran el texto, estos juegos podía ser algo raro que no se iba a entender.
¿No se iba a entender porque estos juegos narrativos no existían en la literatura china?
Como dice Borges todos ya lo han inventado los chinos o los indios. Es decir, siempre se puede encontrar algún antecedente chino o indio de cualquier cosa. Pero más allá de esto, creo que la cuestión pasa porque los encargos de la editorial Commercial Press para Lin Shu, como su nombre lo indica, estaban dirigidos para un público general.
¿Dirías que es un texto más plano?
De ninguna manera. Lin Shu volcó en la traducción su enorme conocimiento de la literatura china. Por ejemplo, colocó en el texto muchas frases de obras clásicas chinas que sus lectores chinos pueden reconocer. Tradujo frases de Cervantes como una estructura del idioma chino que se llama cheng yü, que son como refranes muy conocidos en el idioma chino, todos de cuatro caracteres, que hacen referencia a historias clásicas chinas. Uno puede encontrar, para muchos refranes en español, un cheng yü análgo. Pero no sólo los refranes que aparecen en el Quijote fueron traducidos como cheng yü, sino también, otros pasajes. Cada vez que pudo traducir algo como un cheng yü, Lin Shu lo hizo. Lo que creo que muestra, entre tantas diferencias, hay una experiencia social común
Sos profesor de literatura latinoamericana en la universidad Capital de Pekín, ¿Cuál es el lugar de El caballero encantado en el contexto entre las traducciones del Quijote?
El caballero encantado de Lin Shu tiene un rol, las traducciones más fieles tienen otro. El caballero encantado circula como una obra autónoma, diría yo. Ninguno de sus lectores desconoce que es una traducción del Quijote, pero circula con autonomía. Por otra parte, las traducciones más fieles son muy importantes porque algunos fragmentos están incluídos en los libros de textos de educación primaria y secundaria. Por lo que todo chino que fue a la escuela sabe que existe el Don Quijote, todos conocen el pasaje de don Quijote contra los molinos de viento. Sería interesante algún día entender por qué ese episodio es el más conocido del Quijote.
ENTRE AMÉRICA LATINA Y CHINA
Dirigís la librería dedicada a la literatura en español más importante de China ¿Don Quijote es el libro de literatura en español más conocido?
Mil Gotas es un proyecto modesto decir que es la más importante le da un lugar prominente que sería difícil justificar. En realidad es la única librería en español de China, por lo que supongo que desde ese punto de vista es la más importante…Don Quijote está entre los más conocidos, podría ser el más conocido. Pero el más vendido en nuestra librería en todos estos años es Cien años de Soledad. El segundo libro más vendido en español es El Principito. Don Quijote no se vende tanto en español, lo que los chinos conocen es lo que aprenden en la escuela. Nosotros vendemos a chinos que hablan español y el Quijote les parece muy difícil y es entendible que a un estudiante le resulte difícil el español del siglo de oro.
¿Por qué Cien años de Soledad es el libro más vendido?
Pienso en eso, pero todavía no lo logro entender del todo. Creo que hay varios elementos que contribuyen. Primero, Cien años de soledad tuvo una traducción muy temprana(en ediciones piratas que fastidiaron a García Márquez) y una difusión amplia en China. Traducciones no oficiales, independientes, de emprendedores que traducían y editaban sin comprar los derechos. De esas traducciones circularon miles de copias, posiblemente por la simpatía política de García Márquez con lo que pasaba acá. La traducción legal llegó recién en 2013 y vendió un millón de copias, aun cuando miles de copias ilegales ya estaban circulando hace años. Por otra parte, Cien años de soledad es una historia basada en una familia, y la familia es una tradición muy fuerte en China. Charlé con su traductor sobre esto: él cree que el libro presenta algo novedoso para el contexto chino, pero, al mismo tiempo, reconocible. Por un lado, lo tropical latinoamericano, la abundancia de referencias sexuales, el exotismo de lo distante; pero, por otro lado, elementos reconocibles, como la familia o lo fantástico, muy comunes en la literatura china.
Miguel Ángel Petrecca, el traductor argentino, también cree que el realismo mágico tiene una tradición en la literatura china ¿Vos también creés así?
Sí, la combinación de lo real y lo maravilloso está en la literatura china. Por ejemplo, los libros de Pu Song Li que tiene muchas cosas fantásticas que se parecen a las de Cien años de soledad, pero es un escritor de 1700. En la historia de la literatura china hay mujeres que de noche se transforman en zorros, mujeres que vuelan, muchas cosas fantásticas. Y, por supuesto, dragones. Todo eso conviviendo con la realidad cotidiana sin necesidad de ninguna explicación. Así que creo que los chinos ya estaban entrenados para leer el realismo mágico latinoamericano. Como decía Borges: los chinos ya inventaron todo.
¿Qué otras referencias creés que construyen un ideario sobre América Latina en China?
El fútbol, sin dudas. Si en un taxi digo que soy argentino,el conductor me responde “Maradona, Messi”. Cuando subía con una vieja novia alemana a mí me decían “Maradona, Messi” a ella “Volkswagen”. Cuba también tuvo mucha influencia en las ideas que circulan sobre América Latina. La revolución, Fidel Castro, el Che Guevara, rebelde guerrillero, el pelo largo, todo esto llamó mucho la atención en su momento. Y Borges, aunque no necesariamente asociado a América Latina. Leer a Borges es una señal de sofisticación aquí (pero en realidad en cualquier lugar). Borges es el símbolo de un chino de clase media alta que va a los cafés. Si acá en China hasta hay varios meme para reírse del esnobismo que es un jóven en Starbucks leyendo a Borges. Borges es el símbolo de un chino de clase media alta que va a los cafés y tiene intereses intelectuales, aun si no está especialmente interesado en América Latina.
¿Podés identificar otros autores que alimenten un imaginario?
Varios -aunque no tantísimos- están publicados en chino: Carpentier, Rulfo, Fuentes,Vargas Llosa. Todos se han publicado, pero ninguno tuvo el impacto de García Márquez. Vargas Llosa ganó popularidad con la apertura de los años 80 acá en China, tras la muerte de Mao. Era considerado un escritor de novelas eróticas y salió una colección de novelas eróticas de Vargas Llosa, en las tapas aparecían mujeres semidesnudas. Como ven, eso no tiene nada que ver con el lugar de Vargas Llosa entre nosotros. Por otra parte, está Sanmao, que es una autora china, que vivió en España y escribió crónicas desde España para el público chino, presentando España como un país abierto y liberal. Y aunque ella hablaba de España, esas imágenes también se mezclaron con ideas sobre América. Otros autores que tuvieron una distribución interesante en los últimos años son Samanta Schweblin, Roberto Arlt y Manuel Puig. Un influencer chino lo presentó a Arlt como el Dostoievski latinoamericano y Los siete locos, publicado el año pasado, vendió mucho gracias a eso. Toda esta historia de lo que estamos hablando creo que está llena de malentendidos y fantasias que es interesante estudiar. También he visto cómo los hispanistas chinos están cada vez más preparados y su nivel es muy alto. Tengo una enorme admiración y respeto por ellos.
¿Y toda esta literatura escrita en español tuvo impacto en la literatura escrita en chino?
Yo creo que sí. Los autores chinos conocen la literatura latinoamericana. No pocos nombran a los latinoamericanos entre sus fuentes de formación. Y, otra vez, Borges entre los más presentes. En un evento público, una presentación de un libro latinoamericano digamos, un autor chino cita y habla de autores latinoamericanos, aunque más no sea por cortesía. Pero, los conoce. Cuando traemos autores latinoamericanos o españoles no pueden nombrar autores chinos que los hayan influido.
¿Qué tareas te parece que están pendientes para para fomentar el entendimiento entre China y América Latina?
Aun trabajando en esto todos los días, me cuesta dar una respuesta porque hay tanto por hacer. Pero lo primero que viene a la mente es que tenemos que relacionarnos directamente, vernos cara a cara entre latinoamericanos y chinos, sin pasar por la intermediación de la cultura norteamericana o europea. En el mundo editorial, muchas veces se mira qué tuvo éxito en Estados Unidos o en Europa antes de tomar una decisión sobre qué se va a traducir del chino al español o del español al chino. Esto hay que dejarlo atrás y fomentan el encuentro directo sin intermediación. El encuentro cara a cara entre chinos y latinoamericanos, autores y editores, conocerse personalmente, tomarse un café, es vital. Muchas veces a los extranjeros nos resulta más fácil tomar contacto con las iniciativas del gobierno, pero hay que insistir en el encuentro cara a cara.
¿Y qué prejuicios o malos entendidos ves más insistentes?
En América Latina hay ideas de China muy confusas. Por ejemplo, se pasó de creer que China era un país atrasado en el que la gente come perros en calle a creer que es una potencia tecnológica. En esa transición de imaginarios quedan muchos malos entendidos. Porque, además, China desafía ideas que las tenemos muy fijadas. La cuestión de la democracia, es el ejemplo más claro. Del hecho de que en China no haya democracia, muchos latinoamericanos concluimos que entonces en China hay dictadura asesina como las que conocimos. Y eso no es así, y veo que cuesta mucho entender que China no es ni una cosa, ni la otra. A mí me costaba muchísimo pensar que pudiera haber una forma de gobierno legítima que no fuera la democracia, me parecía imposible. Ahora me parece que sí puede haberla.
¿Y podés identificar prejuicios de los chinos sobre los latinoamericanos?
Que los latinoamericanos somos menos sistemáticos, que no somos puntuales. A loe mejor tienen razón. Y se está construyendo el tópico de la fiesta, las playas y las palmeras, impulsado por el éxito del reggaetón acá. Es increible como casi cada noche en las grandes ciudades chinas como Shanghai, Beijing o Chongqing hay fiestas latinas, es decir que ponen bachata y venden mojitos. Pero en el flyer dice fiesta latinas para atraer gente. Aparece en el imaginario un latinoamericano que está de vacaciones en Miami, más que uno trabajando en Buenos Aires. Por eso insisto con lo de establecer relaciones directas entre chinos y latinoamericanos, que es lo que intentamos hacer desde acá con las librería y la editorial.
HACER DESDE CHINA
Nos gustaría que el público conociera más sobre Guillermo Bravo y el trabajo de Mil Gotas ¿Qué es Mil Gotas?
Mil Gotas es una librería dedicada a los libros en español con tres sedes en China: en Beijing, en Shanghai y en Chongqing. Son las únicas librerías específicamente dedicadas a vender libros en español. También es una editorial que publica literatura española en chino y literatura china en español, y también una agencia literaria para ayudar a poner en contacto editores y autores de acá y de allá. Y el último proyecto es difundir el arte plástico latnoamericano. No tenemos una galería, pero ya organizamos varias exposiciones en galerías. Un proyecto a futuro es abrir una galeria de arte latinoamericano en China.
¿Cuándo empezó Mil Gotas?
En 2012, pero con otro nombre: Catay, que era el nombre que con el que aparece China en los relatos de Marco Polo. Nuestras primeras actividades fueron preparar el viaje de editores latinoamericanos a la Feria del Libro en China. La librería empezó a trabajar vendiendo por WeChat a fines de 2015, ya con el nombre de Mil Gotas. Y en 2017 lanzamos el espacio físico.
¿Y cómo llegaste a China?
La primera vez que vine a China fue en 2008, y desde entonces empecé a venir todos los años hasta que me radiqué acá en 2012. Mi primera iniciativa fue editar la revista Alba que era una revista bilingüe español chino. Entonces vivía en París en donde además de editar la revista (en París en su versión al francés) teniamos una editorial cartonera.
¿Qué cambió desde que llegaste hace diez años?
Mucho. Todo cambia mucho todo el tiempo. Es muy raro. Cuando vuelvo a Argentina, siempre me quedo en el mismo departamento en la ciudad de Córdoba. Miro por la ventana: todo se ve exactamente igual que la vez anterior. Cuando viajo a París, lo mismo, la misma panadería en la misma esquina. Acá no. Acá todo cambia mucho.
¿En qué formas?
Todo está más organizado, y todo evidentemente más rico. Se ve la riqueza. Cuando llegué no era fácil encontrar dónde tomar un café, comer una pizza, comprar queso o pan. Ahora hay supermercados con todos esos productos. Compro una manteca que viene de Argentina. El subte de Beijing se expande constantemente Y se ve el impacto de esta prosperidad en las personas: yo enseño en cuarto año del grado y en master; cada año conozco un grupo nuevo, cada año el nivel de los estudiantes es mayor. En su conocimiento, en su información, en su nivel de participación. Cuando empecé a dar clases eran chicos que se quedaban callados, terminaba de dar la clase y me iba sin saber qué habían entendido y qué no. Ahora participan mucho más, están mucho más informados, mucho más vivos.
¿Y cómo tu vida en China cambió tus ideas sobre la Argentina?
Cada día me siento más argentino y más cerca de Argentina. No pasa un día sin que abra los diarios de allá. No sé si cambió mucho mi visión de Argentina. Pero sí tengo la sensación de que estamos cada vez peor. Quizás la vida en China me hace repensar algunas cosas más generales o abstractas. Por ejemplo, cuando un día me llamaron y me dijeron “Hoy a las tres de la tarde tenés que estar en el campus universitario para ponerte la vacuna” y esa falta de antelación para avisarme la tomé mal, como una falta de respeto a mis horarios. Y un chino podría pensar qué importan mis pequeños horarios de mi pequeña agenda. Otro ejemplo: un amigo se separa de su novia. Le explica, como motivo fundamental de la separación, que ya no la ama. Y ella le responde “¿Y eso qué importa?” Para ella, lo importante era cumplir con una función y con una expectativa social. Los argentinos somos muy celosos de nuestra individualidad, de nuestros deseos, de nuestros sentimientos y me pregunto si eso no nos perjudica al fin y al cabo.
Un agradecimiento de los editores a Clea Gerber, especialista en literatura española del siglo de oro de nuestra universidad, que enriqueció las discusiones preparatorias con sus conocimientos e ideas.