La crisis, cada vez más profunda, del sistema democrático ha abierto un espacio para la aparición de nuevos partidos capaces de canalizar las demandas insatisfechas de la población. Tanto Syriza como Podemos lograron ganar terreno rápidamente frente a los partidos tradicionales ¿Qué motiva este fenómeno?

 

”…en este mundo no se consigue nunca lo posible
si no se intenta lo imposible una y otra vez”
Max Weber

 

La llegada de Syriza al gobierno de Grecia, junto al meteórico ascenso electoral de Podemos en el Estado español, han impulsado en el viejo continente un intenso estremecimiento de los partidos políticos tradicionales y dejaron abiertas una serie de incógnitas sobre cuál es la dinámica de los procesos sociales y su impacto en el escenario político.

En el marco de la gran crisis financiera, que en 2011 afectó a los países de Europa Occidental, la realidad política rompió todo tipo de previsiones y anticipos. Enfrentó a la sociedad toda y a los especialistas políticos a una pregunta que sigue buscando respuesta: ¿cuál es la dinámica de los procesos sociales que modifican rotundamente los resultados electorales “previsibles”?

Las medidas que derivaron en la crisis básicamente se orientaron a la liberación absoluta del comercio exterior y el endeudamiento público, a efectos de incentivar la inversión extranjera a tasas muy superiores a las del mercado. El ajuste y monitoreo de las economías locales, exigiendo el achicamiento del gasto público en lo referente a la salud, educación y seguridad social. Cientos de miles de indignados ocuparon las plazas de las grandes capitales de Europa, expresando su rechazo a las ya fracasadas políticas de ajuste, que se sostienen como método para frenar el descalabro financiero internacional que endeudó a los países europeos en dos veces su PBI.

Podemos es un partido político español de izquierda[1], que representa formalmente la insatisfacción de cientos de ciudadanos con el sistema vigente. La velocidad del proceso que convirtió demandas compartidas en un partido político se apoyó en la utilización de las redes sociales como metodología para la organización del movimiento.

Cuatro meses después de su establecimiento como partido político, Podemos participó en las elecciones europeas, y se convirtió en el cuarto partido más votado de España, resultando la sorpresa de los comicios y poniendo “en jaque” al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) de 136 años de antigüedad, que por primera vez comenzaría a perder la hegemonía de la izquierda. En noviembre de 2014, transcurridos diez meses desde su formación, una encuesta situó a Podemos como la primera fuerza política de España, dándole el 22,2% en intención directa de voto, comparado con el 13,1 % del PSOE, y el 10,4 % del PP (Partido Popular). Este último de 39 años de antigüedad, que conformaba hasta entonces el sistema bipartidista de España junto al PSOE.

En noviembre de 2014, transcurridos diez meses desde su formación, una encuesta situó a Podemos como la primera fuerza política de España

Podemos se presentó con un programa de construcción de una “Europa social” opuesta a la actual UE y con una serie de medidas y propuestas tales como el derecho al aborto, la autodeterminación de los pueblos, el control público de los sectores estratégicos de la economía, la separación de la Iglesia y el estado, la expropiación de inmuebles vacíos para garantizar el derecho a la vivienda, el no pago de la deuda, la derogación de la reforma laboral y la ley antiterrorista, entre las más significativas. Por ser tan “radicales” o “extremistas” irritan y asustan a la derecha y a la burguesía. Pero por eso mismo ilusionan y entusiasman a miles y miles que sufren las consecuencias de la crisis.

Syriza es un partido político griego de izquierda, inicialmente fundado en 2001 como una coalición de varios partidos independientes de una amplia gama de tendencias dentro de la izquierda que se lanzó formalmente a las elecciones legislativas del 2004.

A diferencia de Podemos, Syriza surge de un movimiento impulsado por el descontento de los ciudadanos que plantea una nueva organización a través de la integración de varios partidos políticos en una coalición. Es importante destacar que innumerables marchas, con distinto grado de participación y virulencia, se realizaron en el país griego como demostración de una ciudadanía insatisfecha por la situación económica, social y política del país.

En las elecciones generales de Grecia de mayo de 2012, ya entrada la crisis, Syriza consiguió un fuerte crecimiento con el 16,8% de los votos, superando los resultados del PASOK(Movimiento Socialista Panhelénico), un partido político socialdemócrata de 41 años de antigüedad, quedando como la segunda fuerza más votada, por detrás de Nueva Democracia, uno de los partidos mayoritarios de Grecia fundado en 1974.

En las elecciones de junio de 2012, Syriza se registró como partido y no como coalición. El voto a Syriza aumentó en diez puntos hasta el 26,9%, Nueva Democracia consiguió un 29,7% de los votos y acabó formando gobierno en coalición con el PASOK e Izquierda Democrática. Durante la campaña previa a estas elecciones, la prima de riesgo de la deuda pública griega creció sin cesar.

En mayo de 2014, se celebraron las Elecciones al Parlamento Europeo, en las que Syriza se convirtió en el partido más votado de Grecia, con una ventaja de más de tres puntos sobre la derechista Nueva Democracia.

Alexis Tsipras fue nombrado Primer Ministro tras este gran resultado electoral, calificado como una victoria histórica, fue la primera vez que un partido considerado aún más a la izquierda de la socialdemocracia ganaba unas elecciones en el país. El 20 de agosto de 2015 Tsipras renunció al cargo de primer ministro, y siete días después lo reemplazó Vasilikí Thanou.

Syriza vuelve a ganar en septiembre del 2015 aún después de haber echado por tierra la opinión ciudadana de no acordar con los países acreedores de Grecia un verdadero ajuste, prometiendo moderar el impacto del ajuste en los aspectos vinculados con las relaciones laborales y el gasto social.

Entre las medidas defendidas en el ya conocido como Plan de Salónica, el Gobierno anunció una batería de iniciativas para hacer frente a la “emergencia social” que vive Grecia. Entre las medidas se destacan: el plan de choque contra la pobreza, la nueva prohibición de desahucios, la subida del salario mínimo, la reforma de las administraciones, la readmisión de despedidos, la reapertura de la televisión pública, freno a las privatizaciones, sanidad universal y gratuita, nacionalidad griega para hijos de inmigrantes, subida de las pensiones, lucha contra la evasión fiscal.

Entre las medidas se destacan: el plan de choque contra la pobreza, la nueva prohibición de desahucios, la subida del salario mínimo, la reforma de las administraciones, la readmisión de despedidos, la reapertura de la televisión pública

Las propuestas tienen muchos puntos de contacto, por eso a Syriza se lo llama el Podemos Griego y a Podemos el Syriza español.

Desde que comenzaron a fortalecerse Syriza en Grecia y Podemos en España, ambos con propuestas diferentes a las que se venían aplicando en Europa, la mayor parte del establishment señala permanentemente que sus programas son irrealizables. Los poderes tradicionales establecidos, que habían sido beneficiarios de las políticas pasadas no querían cambio y el cambio empieza darle crédito a su posible existencia.

La ciudadanía en general, la más perjudicada por el sistema imperante, reclama la satisfacción de sus demandas y el goce de sus derechos. Los cambios se producen y cuando están llegando generan resistencias. Seres humanos esclavizaban seres humanos y lo veían como un derecho natural, las mujeres no votaban en ningún país del mundo ni podían ser elegidas, cayó el Muro de Berlín y podríamos seguir enumerando supuestas imposibilidades que fueron posibles.

Muchas veces las decisiones no se toman fundadas en cuestiones estrictamente científicas o prácticas. Muchos griegos y españoles no saben de análisis económico, pero tienen suficiente sentido común como para percibir que las recetas ya aplicadas los perjudicaron y bien pueden tomar el riesgo de probar nuevas. Identifican que las críticas que se hacen a los programas económicos de Syriza o Podemos no tienen fundamento científico, sino puramente ideológico y de interés.

Muchas veces no se puede decidir sólo en virtud de que algo parezca realista, sino que los derechos humanos en el siglo XXI son imperativos éticos que llevan a reclamar justicia, libertad, bienestar o responsabilidad para todos los seres humanos por igual. El apoyo a Syriza y Podemos está aumentando porque cada vez hay más gente deseosa de realizar un cambio al sistema actual, más distribución de la riqueza, menos corrupción, más igualdad.

Quizás es cierto que Syriza o Podemos no podrán conseguir todo lo que se proponen por sí solos, pero ambos han llevado la voz de los “indignados” que no estaban siendo escuchados al interior de sus países y más allá.

[1] Derechas e izquierdas fueron el nombre de la lucha entre dos sistemas sociales: el capitalismo y el socialismo. Derecha liberal pro-capitalista, una izquierda revolucionaria anticapitalista y, en el medio, una izquierda reformista y gradualista que llegaría al socialismo a través del perfeccionamiento de las instituciones de la democracia en el capitalismo.

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