La mejor definición que podemos tener sobre quienes somos está en las palabras que escribió Emiliano Scaricaciottoli, miembro fundador del SPERAC, en una circular interna para definir nuestra metodología de trabajo y posicionamiento ideológico.
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El SPERAC es un espacio de debate, producción, docencia e intervención independiente de cualquier institución estatal o privada, más allá de los convenios, territorialidades y agendas compartidas o co-gestiones con ellas.
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El SPERAC no es un club, una asamblea vecinal, un hobbie, ni una cátedra medievalista. Es un equipo de investigación que retoma la mejor tradición, la mejor escuela de escritura ensayística de nuestro país: de Viñas a Rosa; de Ludmer a Libertella. Tiene marcos de horizontalidad y de verticalidad, en tanto sus actividades están centralizadas por un equipo de coordinación que sobredetermina lo no consensuado.
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El SPERAC condena la censura y la cancelación contra artistas por parte del Estado y de cualquier otro organismo que se pretenda un sacerdocio de la moral, la corrección política y el buen gusto. Nuestro estómago (amplio y laxo) para trabajar con cualquier expresión musical/poética que se ubique dentro de las fronteras del rock no tolera expresiones de odio que no sean de CLASE (entiéndase, de base benjaminianxs), ni agenciamientos artista/obra que impidan el disenso o que excluyan un objeto de estudio. Por ello, nuestra militancia dentro del SPERAC es una forma de vida, no un grupo de autoayuda ni de ajusticiamientos.
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El SPERAC tiene un régimen de trabajo. No es un taller de escritura, es una ESCUELA de escritura. Por ello, se rige por un cronograma, por coordinaciones y centralizaciones de tareas (presenciales y virtuales). Comprometerse con su plan de trabajo (que siempre dura dos años, y se renueva, pudiendo desde ya incorporar nuevos miembros) es su espíritu.
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Las redes del SPERAC son espacios de difusión y de intervención sobre el campo del lexema “rock”. Todo miembro del Seminario debe colaborar con la amplificación de los debates en la arena pública. Sin negar el foro tecnovivial, apostamos a intervenir en conferencias, congresos, encuentros y jornadas (propias y ajenas) con nuestra filiación y nuestro logo.
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El SPERAC no maneja fondos propios, no es una usina financiera, no es una casa editora, no es un banco de subsidios. Los libros y los eventos son co-gestionados por sus miembros.
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El SPERAC odia a la yuta en todas sus formas: como aparato represivo del Estado; como organismo de opresión para-estatal dentro y fuera de las instituciones (muchas en las cuales trabajamos); como agentes “hipersensibilizados” dentro de la cultura (formas de vigilancia institucional, pública y privada, y “protocolos” de disciplinamiento del deseo y la escritura). La policía de los -ismos molares (cristalizaciones que cada cual arrastra en pretérito o presente) no es parte de este espacio.