A partir del enorme desarrollo de la informática a fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, la personas generan, comparten y desechan “memes de Internet”. Esta expresión digital representa y satiriza la situación económica, política y social de una comunidad en un momento histórico específico. Dado que la mémesis es consecuencia del sistema binario de los ordenadores cabe preguntarse ¿Qué investigaciones se han hecho hasta el momento sobre este fenómeno que relaciona a la imagen y la palabra? ¿Qué aportes se pueden agregar al respecto? Escribe Ramiro Pizá.
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Los discursos que componen este proceso de la era digital son una forma de escritura audiovisual que convive hoy día con los mensajes de voz de los soportes electrónicos. Su origen se ubica entre fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI con las “desmotivaciones”, imágenes que parodiaron los carteles motivadores de tinta y papel utilizados por empresas de las grandes ciudades occidentales. Las mutaciones en los contenidos, formas y destinatarios de esos proto-memes de Internet impulsaron su cambio de denominación; no fueron más “desmotivaciones” sino “memes de Internet”, debido a que con el tiempo se apropiaron de los discursos informativos, publicitarios, políticos y de entretenimiento y las difundieron por lugares tales como el tablero de imágenes 4chan y los sitios web Reddit, 9gag[1], cuantocabron y 0verdoze.
Al colocar esos discursos donde no corresponden, desencadenan la risa. Así, quienes impulsan la mémesis parecieran hacer, en palabras de Michel de Certeau, un uso táctico de los discursos en circulación, porque los resignifican, hacen otra cosa con ellos para cuestionar las ideologías que reproducen. Sin embargo, este uso destinado a la crítica no es generalizado, pues los mismos discursos de entretenimiento y política también recurren a esta herramienta digital.
Sus autores/as suelen ser anónimos/as y recurren a múltiples programas de dispositivos electrónicos para producirla: los hay complejos como Photoshop o After Effects y básicos como Paint o algunas aplicaciones del celular. En cuanto a la difusión, por un lado, los memes socio-políticos dependen directamente de los acontecimientos relevantes del contexto de difusión, como podrían ser los memes sobre la devaluación del peso. Por otro lado, los memes del gesto se presentan en diversas geografías e idiomas, como los casos “Novio distraído” o “Mujer grita al gato”.
Los memes se archivan y se almacenan junto a otros tipos archivos en nubes virtuales, discos duros o servidores (Castaño, 2013). La página “knowyourmeme.com” investiga y documenta los memes, principalmente aquellos de Estados Unidos. Gracias a sus editores y a los miembros de su comunidad, recopilan información sobre el año y el origen de cada fenómeno viral y lo ubican en categorías de todo tipo.
Otro ejemplo es la Biblioteca Nacional de España (BNE), que desde 2009 se dedica a resguardar el patrimonio documental de Internet. Por un lado, un software/robot lleva a cabo recolecciones masivas del dominio “.es”, en las que no se diferencia lo que se guarda y, por otro lado, los conservadores/documentalistas web hacen recolecciones selectivas a propósito de un tema o un evento. Sobre el el archivado y recolección de meme, la página web de la Biblioteca Nacional Española afirma:
La Biblioteca no recolecta memes en una colección específica. Si tenemos colecciones de actualidad como Política Nacional o Elecciones Generales, si surgen memes sobre estos temas, se guardan también como información relacionada, de la misma manera que se pueden guardar blogs de análisis político o cuentas de candidatos. Los memes son una manifestación más, un tipo de documento que también debemos guardar como parte de nuestro patrimonio documental, pero siempre en un contexto temático. Actualmente la colección del Archivo de la Web Española sólo puede consultarse desde la Biblioteca Nacional de España o desde algunas bibliotecas regionales con competencias en depósito legal.
El término “meme” fue concebido por Richard Dawkins en su libro “El Gen Egoísta”. La noción es definida como una unidad de transmisión cultural que se propaga entre cerebros mediante la imitación. El vocablo proviene del griego mimema (algo que es imitado), de mímesis (imitación) y de mîmos (burlón que hace gestos y movimientos corporales para actuar en público).
Ahora bien, el “meme de internet” es definido por el Diccionario de la Lengua Española como un “video, texto o imagen, por lo general distorsionado con fines caricaturescos, difundido a través de Internet”. Es decir, desde la Real Academia Española se lo asocia a la noción de multimedia, porque utiliza varios medios de expresión digitales para presentar determinada información, tales como íconos, textos, videos o sonidos. En relación con la palabra y la imagen, el curador estadounidense Williams M. Ivins Jr. sostiene que estos son los métodos más útiles para la comunicación simbólica de los resultados del pensamiento: “El hombre ha conocido las palabras y las imágenes desde los tiempos más remotos. En realidad, puede afirmarse que el animal no se convirtió en hombre hasta que empezó a utilizarlas” (Ivins, 1975: 215).
Una vez que se llega a este punto cabe plantearse dos preguntas ¿Qué relación establece la vista con la escritura aquí abordada? y ¿Cuál es la novedad de este modo de expresión respecto a otras formas previas orales o escritas de humor como el absurdo, la sátira y la parodia?
El crítico de arte británico John Berger brinda reflexiones sobre el arte plástico de los siglos XV al XVIII que nos permiten ahondar en esta relación. Berger afirma:
Una imagen es una visión que ha sido recreada o reproducida. Es un conjunto de apariencias que ha sido separado del lugar y el instante en que apareció por primera vez y preservada por unos momentos o unos siglos. Toda imagen encarna un modo de ver […] La significación de una imagen cambia en función de lo que uno ve a su lado o inmediatamente después (Berger, 2000: 37).
En este aspecto, todo “meme de Internet” encarnaría también “un modo de ver”, tanto de quien lo creo como de quien lo recibió, y su contenido variaría según “lo que uno ve inmediatamente después”. Su novedad no reside sólo en la posibilidad de visualizar aquello que antes se imaginaba a partir de la oralidad, pues las viñetas humorísticas de revistas como Punch en Reino Unido ya lo hacían desde mediados del siglo XIX. Tampoco consiste únicamente en la instantaneidad con la que se hacen y circulan. Más bien, se encuentra en el cruce de estos factores.
En lo que refiere a su construcción, el meme puede crearse con ilustraciones que no tengan referente o con medios digitales destinados originalmente a otros discursos. En segundo lugar, algo será “meme de Internet” porque se dice que lo es. Y, en tercer lugar, posee tres componentes: el Material, la Intervención y la Reconstrucción.
El Material a partir del cual se construyen los memes está formado porcontenido audiovisua que pueden ser creados desde cero o ser apropiados de otras fuentes. Estos contenidos suelen pertenecer al imaginario de los receptores de un espacio geográfico específico y guarda distancia temporal respecto al momento de publicación.
La Intervención es el acto de proponer la escritura audiovisual digital del material que dota a la producción de un sentido específico. Por esta razón, se confunde con el Material mediante las selecciones, superposiciones y montajes de los textos, imágenes, videos o sonidos. Gracias a esta tarea, se evidencian y se problematizan cosmovisiones vigentes o en desuso y/o situaciones en desarrollo o ya finalizadas a la hora de publicar el meme. Además, el Material y la Intervención podrían ser propuestos por la misma persona, lo que dificultaría la distinción entre uno de otro.
Por último, la Reconstrucción designa las diversas interpretaciones del público al conectar el Material con la Intervención; pero la unión no siempre se logra, porque no se comparten costumbres, idiomas o vivencias con el autor/ la autora. Por otra parte, en aquellos casos donde la Intervención resulte ambigua, la Reconstrucción apuntará diversas lecturas sobre ella.
La siguiente tipología es una posible clasificación de los tipos de meme en circulación, sin embargo, hay que tener en cuenta que no es difinitiva ya que hay algunos memes que pertenecen a más de una categoría a la vez[2].
Los memes descriptivos son aquellos donde la Intervención detalla las acciones presentes en el Material, porque se supone que los receptores no pertenecen al origen social, temporal y geográfico donde se produjo ese componente. Luego de la descripción, se puede convertir aquello descrito en un remate chistoso o brindarle un cierre reflexivo.
Los memes comparativos son aquellos cuya Intervención consiste en enfrentar diferentes situaciones, discursos, preferencias o maneras de pensar.
Los memes guionados tienen una estructura de conversación acompañada, generalmente, por una imagen o video que desencadena la risa por su espontaneidad.
Los memes de la memoria colectiva pueden apropiarse —o no— de textos, videos, sonidos o imágenes creados por otros. Así, el Material remite a un saber o un recuerdo compartidos por el imaginario de posibles receptores; y la risa suele desencadenarse cuando el Material empalma con la Intervención.
Los memes de tira apelan a una estructuración en forma de historieta y pueden crear o citar el Material.
Los memes de Intervención son aquellos donde se recicla una y otra vez la misma manera de problematizar mentalidades o acciones, a pesar de emplear en cada caso un diferente Material. En los primeros meses de 2019 fue recurrente este tipo de meme: A le pregunta a B si hizo alguna cosa, por ejemplo, recibir un correo; luego de que B le conteste que no, A le repregunta en doble sentido por el paquete que recibió hoy y acerca su mano a la entrepierna. El ejemplo del meme de «chimuelo» es un claro exponente del meme de Intervención, y alberga también al meme comparativo, al de tira y al de memoria colectiva.
Y los memes de Material reciclan un mismo Material, pero le atribuyen diferentes pensamientos en cada caso nuevo.
Circulación, comunidades y preservación
Según el profesor canadiense Pierre Lévy (2013), desde 1980 el desarrollo de la informática personal colocó las herramientas de producción de mensajes de texto, de imágenes, de tablas o de música en manos de una creciente proporción de la población mundial. Para Lévy, con la multiplicación de las cadenas de radio y televisión y el desarrollo de redes de comunicación entre computadoras, el monopolio de la distribución de mensajes administrado por periodistas, editores, cadenas televisivas y gobiernos fue alterado paulatinamente. En este aspecto, el semiólogo argentino Eliseo Verón en su obra La Semiosis social 2 postula:
A partir del momento en que el receptor pasa a controlar las condiciones espaciotemporales de sus comportamientos de consumo de productos audiovisuales, que es lo que la Red y el protocolo Internet han hecho posible, el negocio de la televisión histórica deja de ser viable. (Verón, 2000: 266)
Por un lado, no todos los grupos humanos existentes utilizan esta escritura digital; y, por otro lado, no siempre es comprendida, debido a que el idioma, las temáticas, los dispositivos electrónicos empleados no son manejados de igual manera por las personas.
El meme está conectado, en primer lugar, con los lugares donde circula; en segundo lugar, se asocia con el período de tiempo en que es consumido; en tercer lugar, integra el entramado de las decisiones, condiciones institucionales y relaciones de poder del ciberespacio (Žižek, 1998: 156); en cuarto lugar, expone las competencias ideológicas de quienes lo producen, esto es, “el conjunto de sistemas de sistemas de interpretación y evaluación del universo referencial” (Kerbrat-Orecchioni, 1986: 10); y en quinto lugar, da cuenta del público en el que se pensó al producirlo, que pertenece a un determinado origen social y geográfico.
Al respecto, la investigadora estonia Anneli Baran sostiene:
Está claro que la comunicación visual es más universal que la comunicación verbal, efectiva a través de los límites lingüísticos y culturales […] Sin embargo, la creencia en la universalidad de la visualidad es en realidad relativa —esta puede cambiar por culturas. La comprensión de las imágenes es relativa, depende del contexto cultural[1]. (Baram, 2o11: 7)
Por ejemplo, si desde algún punto del territorio argentino alguien expone un acontecimiento de su entorno mediante su “meme de Internet”, quien no pertenezca a esa población específica puede no entenderlo en su totalidad, porque no comparte las costumbres, los estilos de vida o la memoria colectiva del público al que está dirigido[2].
Para el intelectual colombiano Carlos Castaño esta manera de expresión propia del siglo veintiuno a veces puede ser una copia, sin acusar modificaciones; otras veces se modifica y avanza hacia algo. En relación con esto, la profesora mexicana Rossana Reguillo en el Podcast “Todo es Fake” de la revista Anfibia plantea que “en cada paso hay una ganancia de sentido, [“el meme de internet”] se recicla, se usa para una cosa y se usa para la otra”.
El tipo de escritura multimediática aquí examinada coincide en ciertos aspectos con el concepto de “enunciado” formulado por Mijaíl Bajtín[3]. Si bien se imprime (en el caso de que sean imágenes con o sin texto) y está presente en pasillos, oficinas o carteleras de todo tipo, el mundo virtual es su lugar, debido a que comparte en redes sociales como Instagram, en aplicaciones como WhatsApp, en páginas web como “9gag” u “0verdoze” (ahora está en Tumblr) y en ciertos portales de noticias que recopilan tendencias en las redes y aplicaciones mencionadas. En pocas palabras, el “meme de Internet” ya ha sido y todavía es noticia.
El ciclo de vida del meme no es tan fácil de calcular. A veces circula algunos días, otras veces, en cambio, se mantiene por meses, y sus componentes —por ejemplo, las imágenes— pasan a ser plantillas, es decir, “piezas o planchas utilizadas como modelo para reproducir” (Gispert, 1997: 1273). Las plantillas pueden emplearse también como modelo (como “template” en inglés) para producir algo nuevo o modificar aquello existente; gracias a estas operaciones se produce un nuevo sentido, un modo particular de entender y generar otros memes. En relación con lo dicho, Villar argumenta:
Un meme puede ser modificado por varios usuarios, creando contenido mejorado respecto a versiones anteriores y generando respuestas automáticas. Esto es fundamental, ya que no solo basta con expresarse a través de memes si no que también a través de los comentarios y nuevos memes que se pueden generar a partir de los originales. (Villar, 2014: 15-16)
Interrogantes finales
Hay algunos puntos que podrían ser útiles para aquellas personas que empleen, reciban, difundan o almacenen estas creaciones multimediáticas, sean particulares, empresas, organizaciones, figuras mediáticas o incluso gobiernos.
En primer lugar, se podría experimentar un efecto Boomerang: si A concibe un meme y lo envía a su grupo de contactos más cercanos ¿Cuánto tardaría A en recibir o ver el mismo meme que envió tiempo atrás mediante otros contactos que tengan muy poca o ninguna afinidad con el primer grupo?
En segundo lugar, sería interesante llevar a cabo un análisis diacrónico —a lo largo del tiempo— del “meme de internet”. Vale aclarar que en su ensayo Baran postula una de las primeras formas del meme: “Un destacado ejemplo de los memes [son] los desmotivadores. Al principio, los afiches eran utilizados en escuelas y oficinas para motivar a la gente —llamados afiches motivacionales. Estos carteles surgieron en la Internet sobre todo en un modo de parodia; esto explica por qué se los denomina desmotivadores”[4].
En tercer y último lugar, podría estudiarse qué generaciones de personas conocen y emplean esta herramienta digital y desde cuándo.
Para concluir ¿Quiénes deciden aquello que es y no es significativo para ser caricaturizado, lo que es o no es memeable [5]: quien crea o quien recibe?
Desde mi perspectiva, ambas partes construyen aquello que puede y no puede ser “meme de Internet”. En última instancia, quien recibe (creador en potencia) decide, porque comparte, comenta, rechaza, transforma y descarta lo producido. A pesar de que el fenómeno abordado aquí tuvo un comienzo efectivo, solo en ese comienzo parece no tener fin, pues será reemplazado por otro.
Bibliografía consultada:
Bajtín, Mijail (2008), “El problema de los géneros discursivos”, en Estética de la creación verbal, Buenos Aires: Siglo XXI.
Baran, Anneli (2011), “Visual humour on the Internet” [Humor visual en la Internet], Estonia: ELM Scholarly Press.
Berger, John (2000), Modos de ver, Barcelona: Gustavo Gili.
Castaño Díaz, Carlos Mauricio, (2013), “Defining and characterizing the concept of Internet Meme”, en Revista CES Psicología, Medellín: Universidad CES.
Dawkins, Richard (2009), “Memes: los nuevos replicadores”, en El gen egoísta, España: Salvat S.A. De Ediciones.
De Certeau, Michel (1996), “Valerse de usos y prácticas”, en La invención de lo cotidiano, México: Iberoamericana.
De Kerckhove, Derrick (2005), “Los sesgos de la electricidad”, en Lección inaugural del curso académico 2005-2006 de la UOC. Cataluña: FUOC.
Disponible en internet en: https://www.uoc.edu/inaugural05/esp/kerckhove.pdf (Última consulta 25 de febrero de 2019)
Gispert, Carlos (1997), en Océano Uno Color, Diccionario Enciclopédico. Barcelona: Océano Grupo Editorial.
Ivins, William M. (1975), “VIII. Recapitulación”, en Imagen impresa y conocimiento. Barcelona: Gustavo Gili.
Kerbrat-Orecchioni, Catherine (1986), “1. La problemática de la enunciación”, en La enunciación. Buenos Aires: Hachette.
Lévy, Pierre (2013), “El medio algorítmico” (Traductora: Ornani, C.), en Revista Sociétés, Paris.
Muñoz Villar, Camila (2014), “El meme como evolución de los medios de expresión social”, Santiago: Universidad de Chile. Disponible en internet en: http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/129749(Última consulta 18 de febrero de 2019)
Peirce, Charles S. (2017), “La ciencia de la semiótica (fragmentos)” en Modulo teórico de Semiología, Ciclo Básico Común, FFyL-UBA.
Verón, Eliseo (2013), “¿Seguimos en contacto?”, en La semiosis social, 2. Ideas, momentos, interpretantes, Buenos Aires: Gedisa.
Žižek, Slavoj (1998), “Multiculturalismo, o la lógica cultural del capitalismo multinacional”, en Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, Buenos Aires: Paidós.
[1] Esos discursos son propios de las cadenas mediáticas, institucionales y comerciales y buscan comunicar sobre un acontecimiento, entretener al público o ilustrar un servicio, un producto.
[2] En este artículo no incluyo —aunque en otros ensayos se abordarán— los memes del tipo Shitposting, cuyo valor reside en la mala calidad del Material empleado y en la acidez de su humor. Tampoco incluyo, en primer lugar, aquellos donde se citan frases motivadoras de figuras históricas; en segundo lugar, aquellos donde se pregunta en qué estado emocional se encuentra quien lo lee del uno al diez; y, en tercer lugar, los que contienen una progresión en el uso de las palabras, acompañado por una figura que también varía en color y actitudes.
[3] “It is clear that visual communication is more universal than verbal communication, effective across linguistic and cultural borders […] However, belief in the universality of visuality is actually relative —this may vary by cultures. Understanding images is relative, depending on the cultural background”.
[4] Pero el suceso podría viralizarse y explicarse previamente por Internet, cosa que sucedió y sucede aún; casos ejemplares son “La caída de Edgar” —2006— o “Adiós Chimuelo —2018—.
“La caída de Edgar” es un video que muestra la excursión de un grupo de púberes en el rancho de los tíos del protagonista, al Norte de México. En pocas palabras, el protagonista cruza con miedo un puente hecho con ramas gruesas y su compañero Fernando, amigo de su primo, desde el otro extremo le sacude las ramas hasta que Edgar cae al agua del arroyo, bajo la mirada atenta de la cámara. Desde su publicación en más se han realizado parodias, remixes musicalizados, memes, e incluso una publicidad de golosina donde Edgar venga su caída.
“Adiós Chimuelo” acontece en el patio de la casa de un chico chileno llamado Renato Barrero, quien realiza el entierro de su mascota, un perico australiano llamado Chimuelo. Una vez que dejó el cadáver en la tierra, una perra de la familia aparece en escena y se lo lleva al hocico. Acto seguido, el chico rescata al ave de las fauces caninas y la despide nuevamente con un canto.
[5] Para Bajtín, el enunciado es la forma en que se lleva a cabo el uso de la lengua; se destaca por ser concreto y singular, puede ser breve o extenso, oral o escrito. A su vez, está compuesto por tres aspectos: el temático, asociado al contenido; el estilístico, vinculado con los recursos léxicos y fraseológicos empleados; y el estructural.
[6] “One remarkable example of memes is the phenomenon of demotivators. Initially, posters were used in schools and offices to motivate people —so-called motivational posters. These posters then occurred on the Internet mostly in a parody mode; this is why they are called demotivators” (Baran, 2011: 172).
[7] El término designa aquellos memes en potencia que no se han creado ni difundido. En su composición enlazo los términos “meme” y “memorable”.