Hay paises cuya ventaja económica también es su principal desventaja. En el caso de Venezuela, el precio del petróleo le ha marcado el paso a la crisis política y social. Si la situación política en el país ya era tensa, desde el 2014 esa tensión ha crecido en paralelo a la caida del valor del barril de crudo. ¿Cómo se fue gestando la génesis de esta crisis?
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Desde finales del año 2000, los precios del petróleo no dejaron de ser un tema de debate, tanto en relación con sus implicaciones macroeconómicas, como entorno a las causas del alza. Sus precios se han visto dañados frente a los abundantes suministros, una débil demanda, y el cambio en la estrategia de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) de defender la cuota de mercado en lugar de los precios. Tomando en consideración que, a partir del año 2014, por primera vez desde el 2009, el precio del crudo se situó por debajo de los USD 59 por barril, tambaleando las economías de los países miembros de la OPEP y en específico la de Venezuela (siendo este un país rentista que depende absolutamente de los ingresos del petróleo), se puede decir que esta situación influyó notablemente pues afectó de forma inminente la economía venezolana. Pero ¿Es esta la única causa de que la economía se viera en declive?
Durante el gobierno de Hugo Chávez, quien fundó el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), para unificar el movimiento izquierdista. Venezuela obtuvo la mayor cantidad de ingresos gracias a la renta petrolera, pues fue la época en la que los precios del petróleo se dispararon hasta llegar a un precio máximo de USD 146.90 por barril. Por un lado, esto fue un impulso económico para el país, pero las equivocadas medidas económicas a lo largo de diecisiete años por parte del gobierno, que planteaba un modelo ideológico izquierdista muy radical, produjeron una gran desestabilización económica.
Por mencionar algunas de esas medidas equivocadas, se pueden destacar la expropiacion de casi 1.200 empresas privadas en diez años, que abarcó casi todos los sectores de la economía y en particular los de construcción, agroindustrial, petrolero, comercial y alimentos que pasaron a manos del Estado y que a lo largo del tiempo no siguieron funcionando. Otra de las medidas que caracterizaron al gobierno venezolano, fueron los subsidios por parte del Estado en la mayoría de los servicios públicos (agua, electricidad, transporte, etc.) que causaron grandes pérdidas económicas, pero que no se lograba apreciar debido a que los ingresos al país eran tan altos, que lograba sustentar estas acciones. Por otro lado, fue la obra social, como la Gran Misión Vivienda Venezuela (la última que Hugo Chávez ordenó estando con vida) en el año 2012, en la que se invirtió un total de USD 73.300.000 desde su puesta en funcionamiento, así lo afirmó el ministro del Poder Popular para Hábitat y Vivienda, Ricardo Molina, y que tiene como objetivo dotar de viviendas a las personas sin hogar, pero que no tienen ningún tipo de costo para las personas que desean adquirir las mismas y produciendo un gran gasto para el Estado, pues esta Gran Misión está sustentada por la empresa petrolera del país PDVSA, lo que quiere decir que la gran parte del dinero del Estado es para subsidios y misiones, en vez de ser invertido en algún proyecto que le produzca ganancias y no pérdidas.
En el año 2013 Hugo Chávez fallece, dejando como candidato a Nicolás Maduro quien gana las elecciones y comienza su mandato en abril de ese mismo año. Desafortunadamente para el país, al año siguiente estalla la crisis con la repentina caída de los precios del petróleo, algo que el Gobierno de Venezuela no se esperaba. Y con esto se viene la gran desestabilización económica para el país, que no estaba preparado para este golpe.
A raíz de esto, el gobierno tomó una línea discursiva: proponerle al pueblo venezolano que la crisis económica que se empezaba a vivir, teniendo como consecuencia una gran inflación y escasez en todo el país, y el desabastecimiento en insumos médicos, eran productos de la llamada “Guerra Económica” organizada y llevada a cabo por la oposición del país. El gobierno al mando de Nicolás Maduro plantea que tras de la derrota electoral del 14 de abril de 2013 y de agotar las acciones desestabilizadoras para desconocer los resultados, la “ultraderecha venezolana” (como le llama el gobierno) asesorada por agentes estadounidenses, cambió su táctica. Y el guion se repite como en el Chile de Allende (años ’70) iniciándose un sabotaje económico para derrocar al gobierno, en vísperas de las elecciones municipales el 8 de diciembre de ese mismo año. Por el contrario, la oposición venezolana, encabezada por líderes como Leopoldo López y María Corina Machado, plantea que el modelo económico llevado a cabo en los últimos años por el gobierno ha provocado la imparable crisis que azota al pueblo y que en adelante solo empeoraría. Por otro lado, la oposición propone al gobierno que se invierta nuevamente en el sector privado como medida para aliviar la crisis, a lo que el gobierno siempre se opone.
De este modo, al pasar los años con el mismo modelo que propone el gobierno venezolano liderado por la izquierda y presidido en principio por Hugo Chávez y más adelante por Nicolás Maduro, se logra observar como el país se va hundiendo en una gran crisis, no solo económica como lo era en primer plano, sino también en una crisis social y política.
Sin embargo, es propicio señalar que esta gran crisis se desata principalmente por la caída de los precios del petróleo, más allá del equivocado modelo económico presentado por el gobierno. Ya que, con el precio tan bajo por barril, no se pudo mantener la economía, provocando una inflación incontrolable donde los precios varían de un día para otro. Una escasez descontrolada en todo el país y, el gran desabastecimiento de insumos médicos.
Esta realidad que vive el pueblo de Venezuela a diario, causó un descontento y desconfianza en el gobierno, apostando por un cambio que les brinde mayor calidad de vida, que ha sido tan carente sobre todo en los últimos años. Lo que llevo a muchas personas que con anterioridad apoyaban al gobierno, a optar por el llamado “voto castigo” dándole el voto a la oposición en las elecciones parlamentarias a finales del año 2015, mientras que la otra parte de la población que se oponía al gobierno por muchos años, les apostaron a estas elecciones las últimas esperanzas para que existiera el tan anhelado cambio para el país. La gran campaña electoral utilizada para estas elecciones, basada en las redes sociales le aseguró a la oposición que había unido sus fuerzas en la Mesa de la Unidad Democrática, el triunfo por primera vez en 17 años, ganando las elecciones con la mayoría absoluta con las 2/3 partes de la cámara de diputados.
Sin duda, una circunstancia provocó la otra. Como se mencionó a principio, el cambio de estrategia de la OPEP en conjunto con otras acciones, tuvo un impacto directo en la economía venezolana que sumado al pésimo manejo de las políticas económicas por parte del gobierno desató la crisis que ha venido creciendo con los años en Venezuela y que es de conocimiento internacional.