El Tratado de Libre Comercio de América del Norte fue considerado por Trump “el peor tratado de la historia”. Ahora la pregunta es ¿Para quién resultó peor? ¿Quienes fueron los ganadores y los perdedores durante los años de vigencia del TLCAN? En esta oportunidad, Alejandra Peñalillo analiza los números mexicanos desde la firma del tratado hasta el día de hoy. ¿Cuál será el futuro de México en la era Trump?

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Durante su campaña electoral Donald Trump acusó en repetidas ocasiones a México de haberle robado empleos a Estados Unidos y de beneficiarse económicamente a costa de su país. Meses antes en Ciudad Juárez cientos de obreros hacían huelga en las maquilas exigiendo aumentos salariales al mismo tiempo que miles de campesinos colmaban el Zócalo en el DF demandando apoyo económico al gobierno de Peña Nieto. Trump, ya electo presidente amenaza con castigar mediante elevados impuestos a las empresas que trasladen su producción fuera de EEUU y semanas después Ford anuncia el retiro de una inversión de 1600 millones de dólares destinados a la instalación de una fábrica en San Luis Potosí, centro de México.

¿Qué es lo que une a Donald Trump con las maquilas en Juárez y a la marcha campesina con la compañía de automóviles Ford? El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) firmado en 1994 por Estados Unidos, México y Canadá.

El republicano prometió que de llegar a la Casa Blanca el TLCAN sería renegociado por considerarlo “el peor tratado de la historia”. Con la renegociación en curso y la amenaza de Trump de abandonar el acuerdo, la pregunta que emerge es si efectivamente los trabajadores mexicanos fueron beneficiados por el TLCAN.

Para poder acercarnos a una respuesta analizaremos el impacto del TLCAN sobre los empleos y salarios, por un lado; y sobre el campo, por el otro; debido a que las promesas más importantes que acompañaron la firma del tratado hace 24 años fueron la creación de empleos, mejoras salariales y el impulso que le daría al campo mexicano. Puesto que el logro de tales promesas implica prosperidad y bienestar social, también se toma como punto de análisis la evolución de la pobreza y la desigualdad en el México post TLCAN.

EMPLEOS Y SALARIOS.

Luego de la firma del TLCAN, muchas empresas de EEUU se instalaron en territorio mexicano incentivadas por la exención de aranceles, la baja presión fiscal y sobre todo la mano de obra barata disponible.

México se volvió un país atractivo al capital debido principalmente a los bajos salarios. Mientras en EEUU el sector manufacturero paga en promedio 26 $ la hora, en México el promedio es de 2,30 $ por hora; pero esta diferencia salarial no se limita a las fábricas, sino que se extiende a todos los sectores. Si comparamos el salario mínimo en México con el de sus socios del TLCAN  este resulta significativamente inferior, mientras en EEUU el mínimo establecido es 58 dólares diarios y en Canadá es de 69 dólares; en México el salario mínimo diario es 88,36 pesos o lo que equivale a 4,5 dólares diarios. Por otra parte, los salarios mexicanos son a la vez los más bajos de la región; 133 $ mensuales frente a los 346 $ en Argentina, 246 $ en Brasil y 422 $ en Chile. En Latinoamérica el salario mínimo promedio ronda los 355 $, lo cual implica que el mínimo legal que perciben los mexicanos es menos de la mitad del promedio regional pese a tratarse de la segunda economía más importante de América Latina.

Según la OCDE, México es el único país miembro del G20 que ha visto sus salarios disminuir los últimos años, hecho que se refleja en la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. Si en el año 1987 un mexicano necesitaba trabajar 5 horas para adquirir una canasta básica alimentaria, en el 2017 para poder comprar los mismos productos debe trabajar 24 horas, es decir, el costo de una canasta básica pasó de ser poco más de media jornada laboral a 3 jornadas completas. En 1992, dos años antes de la llegada del TLCAN, con el salario mínimo diario un trabajador podía comprar 13 kilos de tortilla, en el 2018 con el mínimo diario solo puede comprar 6 kilos del mismo alimento . Esto significa que con el sueldo actual un mexicano compra 30% menos de lo que podía comprar con el salario mínimo en el año 1994.

El costo de vida en México ha aumentado significativamente las últimas décadas. A pesar de ello el Gobierno mexicano se ha negado reiteradamente a aumentar los salarios demostrando que su prioridad es atraer inversiones y mantener la competitividad a costa de la contención salarial.

Ante esta realidad, la pregunta que inevitablemente asoma es: ¿Por qué los mexicanos aceptan la precarización laboral? Esta interrogante nos dirige a otro efecto colateral del TLCAN para los trabajadores al que sus defensores le dan poca visibilidad: el debilitamiento de los sindicatos.

El deterioro de la actividad sindical es una condición necesaria para mantener los salarios a la baja y poder aplicar reformas tendientes a beneficiar a las corporaciones en detrimento de los trabajadores. Esta situación se manifiesta con mayor fuerza en las maquilas ubicadas en la zona fronteriza, allí la actividad sindical está seriamente restringida y fuertemente controlada. En el año 2015 la multinacional Lexmark despidió a 120 obreros por intentar formar un sindicato independiente. Tal iniciativa fue llevada adelante debido a la negativa de la empresa de cumplir con el aumento salarial que prometió a sus empleados, un aumento de 6 pesos (0,34 dólares) el cual Lexmark con ganancias evaluadas en 3.000 millones de dólares había incumplido.

La indiferencia cómplice del gobierno deja a los trabajadores desamparados frente al inmenso poder de las compañías. Si bien la apertura comercial contribuyó en gran medida a la creación de empleos, principalmente en el sector industrial, aquello vino con un alto costo.

DESTRUCCIÓN DEL CAMPO

Por otra parte, el TLCAN facilitó la entrada de productos agrícolas provenientes de EEUU que desde entonces han inundado el mercado mexicano desplazando así a la producción nacional. José Luis López Cepeda de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) explica que esto se debe a que mientras en México la política de subsidios y prestaciones para los agricultores fue abandonada, el gobierno estadounidense otorgó importantes incentivos al sector. En consecuencia, los productos nacionales no lograron competir con la producción procedente de EEUU. Al respecto, López señala que el 60% de lo que consumen las familias mexicanas en la actualidad son importaciones, principalmente granos y productos cárnicos.

Durante el período anterior al TLCAN el campo mexicano abastecía al mercado interno de maíz, trigo, arroz, frijoles, productos porcinos, entre otros, y solo el 19% de los alimentos eran importados. El año pasado, el 42% de los alimentos consumidos en México provino de importaciones. A modo que estos datos resulten más gráficos tomemos como ejemplo el maíz; producto tradicional y de importancia histórica en la dieta y la vida del pueblo mexicano. En 1995 México importaba maíz de EEUU por 391 millones de dólares, 20 años después el valor de las importaciones alcanzó los 2.400 millones de dólares. Así, en la mesa de las familias mexicanas el maíz autóctono fue reemplazado por el maíz importado de EEUU.

Federico Ovalle de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos estima que un total de 6 millones de empleos se perdieron en el campo a raíz del tratado. Ante la falta de oportunidades, se inició un éxodo rural hacia el centro y el norte del país en busca de trabajo. Miles de campesinos abandonaron el campo para ir a las fábricas donde son sometidos a largas jornadas laborales y condiciones precarias.

En definitiva, los pequeños y medianos productores mexicanos fueron los más golpeados debido a que perdieron el mercado interno ante EEUU y tampoco lograron exportar su producción.

POBREZA Y DESIGUALDAD.

La CONEVAL estableció que son 53,6 millones los mexicanos que viven actualmente en la pobreza. Esta cifra equivale al 43,6% de la población total superando de esta manera el promedio de pobreza en América Latina que es de 30,7%. Según la CEPAL, en los países latinoamericanos la brecha de pobreza ha disminuido gradualmente con solo 4 excepciones: Costa Rica, Honduras, Venezuela y México. Comparado con 1994, 20,5 millones más de personas viven hoy por debajo del umbral de pobreza. En simultáneo la economía ha generado 15 nuevos multimillonarios revelando la existencia de una minoría que durante los años de crisis y recesión ha ganado y mucho. El dato más simbólico de la marcada desigualdad que puede presentarse es que junto a los más de 50 millones de pobres que habitan territorio mexicano puede encontrarse también a la persona más rica de toda América Latina: Carlos Slim.

La expresión más cruel de la pobreza y el fracaso de las promesas del TLCAN es la migración. En 1990 en EEUU vivían 4,4 millones de mexicanos, en la actualidad esa cifra supera los 11 millones. En el 2014 México se posicionó como el cuarto país que más remesas recibió a nivel mundial, demostrando que la cantidad de personas que se vieron en la necesidad de abandonar el país fue incrementándose. ¿De qué manera se explica que tantos mexicanos hayan arriesgado y sigan arriesgando sus vidas cruzando la frontera que los divide de su poderoso vecino, y que una vez allá resistan el racismo y la xenofobia con la que en EEUU se trata a gran parte de los inmigrantes mexicanos?¿De qué otra manera sino por la desesperación provocada por la falta de oportunidades en su propio país? La migración es una forma de expulsión, un exilio económico sufrido por millones en México y en los demás países de América Latina. La promesa del TLCAN también pasó por ahí; frenar la migración, y también ahí falló.

Los principales promotores del acuerdo fueron el sector empresarial y el Gobierno que en 1994 era capitaneado por el presidente Carlos Salinas de Gortari. En esos años los defensores del libre mercado prometían a los mexicanos que la apertura y liberalización del comercio fortalecería la economía nacional; tanto los trabajadores del campo como de la ciudad serían beneficiados por el desarrollo que llegaría impulsado por el TLCAN. En palabras del propio Salinas el tratado era “ mejor instrumento ideado para crear empleos y elevar salarios”; en su último informe presidencial incluso sostuvo que “se terminaría la pobreza, la migración y comenzaría “la gran época” del campo mexicano”.

La intención del artículo era descubrir que efectos tuvo el tratado sobre los trabajadores más allá de las conocidas cifras macroeconómicas teniendo en cuenta que, por más grande que sea la torta, no a todos les llega una porción.

En lo que respecta a los empleos y salarios, la llegada de empresas y fábricas significó nuevos puestos de trabajo pero pese a las enormes ganancias reportadas por estas compañías los sueldos no aumentaron. A la par, la producción del campo mexicano fue avasallada por la entrada de  productos agroalimentarios subsidiados provenientes de EEUU lo cual significó la destrucción de la agricultura a pequeña y mediana escala junto con un debilitamiento de la soberanía alimentaria. En consecuencia, los niveles de pobreza y desigualdad se han mantenido estables las últimas décadas, empujando a millones de trabajadores a migrar en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.

Si el verdadero objetivo del tratado hubiese sido beneficiar a los mexicanos este debió haber estado acompañado de una política de redistribución equitativa del ingreso, políticas sociales que lleguen a los sectores populares, subsidios y apoyo a pequeños y medianos agricultores, y una política tributaria tendiente a recaudar más gravando la actividad empresarial que saca provecho del territorio mexicano, de su fuerza de trabajo y sus recursos naturales. La bonanza económica pudo haber contribuido enormemente a mejorar las condiciones de vida en México; sin embargo, los sucesivos gobiernos han preferido mantenerse como un país atractivo y competitivo basándose en salarios de hambre, perseguir a los sindicatos, ignorar las demandas de miles de campesinos, y permitir de esta manera la concentración cada vez más desigual de la riqueza. Mientras tanto los anhelos de justicia social del pueblo mexicano crecen día a día.

 

1-http://www.elfinanciero.com.mx/economia/un-obrero-mexicano-gana-veces-menos-que-uno-de-eu
2-Datos obtenidos de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI) y de la OCDE.
3-El monto de los salarios mínimos fue obtenido de sitios web gubernamentales del país y su conversión a
dólares realizado por la autora al cambio de la fecha.
4-http://www.unamglobal.unam.mx/?p=31105
5-http://www.elfinanciero.com.mx/rankings/graficas-que-te-explican-el-comportamiento-del-salario-
minimo-en-25-anos
6-https://www.theguardian.com/world/2016/feb/17/juarez-factory-workers-protest-rights-occupy-style-sit-
in-lexmark
7-https://expansion.mx/economia/2017/08/28/el-lado-oscuro-del-tlcan-en-alimentos
8-Datos del “Panorama Social de América Latina 2017” de la CEPAL
9-https://expansion.mx/economia/2013/03/10/forbes-carlos-slim-millonarios
10-“Migración México-Estados Unidos en cifras (19902011)” de la Revista Migración y Desarrollo.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-75992012000100004#notas
11-Datos del Banco Mundial.
http://www.bancomundial.org/es/topic/migrationremittancesdiasporaissues/overview
12-https://www.proceso.com.mx/361576/la-tierra-prometida-que-nunca-se-alcanzo

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