Los paises nórdicos siguen pareciéndonos un enigma. Hoy en día son ejemplo mundial en casi todas las discusiones: modelos educativos, nivel de felicidad, movilidad social, calidad de vida, estabilidad política y practicas democráticas. En esta oportunidad, Ramiro Palma se reunió con Jesper Petersen, parlamentario Nacional de Dinamarca por el partido Socialdemócrata, para entender un poco más sobre el funcionamiento y la organización del estado danés.

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R: ¿Porqué los países escandinavos, en general, y Dinamarca, en particular, tienen los más altos estándares de vida e igualdad económica, incluso entre el resto de los países del primer mundo?

 

J: Una explicación sustancial podría brindarse entendiendo el modelo de sociedad que tenemos en Dinamarca, conocido como estado de bienestar socialdemócrata. Donde pienso que uno podría decir que el sueño americano es el que está siendo vivido por más personas en Dinamarca (proporcionalmente) que en Estados Unidos. Es decir, se consigue generar mayor cantidad de oportunidades equitativamente para todas las personas. Aunque todavía no tenemos toda la movilidad social que nos gustaría, es muy grande en comparación con el contexto internacional. Para esto es esencial un contrato social, donde se pagan impuestos relativamente altos, pero retornan a la sociedad en forma de salud pública de calidad, educación gratuita y de libre acceso. Todas las personas pueden acceder al sistema de educación primaria y a la educación secundaria, cualquiera puede acceder a la educación universitaria si se tienen las habilidades y motivación necesarias. La universidad es gratuita y sus estudiantes reciben un apoyo económico por parte del Estado para que no tengan que preocuparse por recibir recursos por parte de sus familias. Algo que vos comprobaste por tu cuenta.

 

R: Lo comprobé.

 

J: Exacto. Y es fantástico poder brindar las mismas oportunidades a todas las personas y así explotar sus talentos. De igual modo sucede con la salud pública. Existe el libre acceso a una atención de alta calidad, sin importar el poder adquisitivo con el que se cuente. Incluso resulta ser más efectivo, en comparación con, por ejemplo, el sistema de salud de Estados Unidos, donde se usa una gran porción del PIB en el área salud. A pesar de esa gran inversión, existe una enorme diferencia en el tratamiento que ese sistema de salud le ofrece a las personas. Hay muchos que pueden asegurarse una atención médica de alta calidad, sin embargo, una gran porción de la población no puede hacerlo.

Eso no pasa en Dinamarca, donde todas las personas reciben atención médica de primer nivel.  Son algunos ejemplos del estado de bienestar que sostenemos que sin duda funciona muy bien acá. Al mismo tiempo hay un alto nivel de confianza, es fácil comenzar un negocio, hay poca corrupción, y existe un mercado laboral dinámico donde la enorme mayoría de los trabajadores se encuentran agremiados en sindicatos que concretan y sostienen acuerdos sobre las condiciones de trabajo y salario.

Eso significa que la gente común obtiene una cuota del beneficio económico. Eso brinda estabilidad social y poder de compra a la población en general. Al mismo tiempo, eso genera estabilidad en el mercado laboral donde se realizan, en consecuencias, pocas huelgas.

Sin duda uno puede encontrar muchas explicaciones culturales con normas democráticas muy arraigadas, una sociedad civil desarrollada, una base religiosa basada en la ética protestante de la que se desprende el precepto en el que uno trabaja sólo si puede.

De esa manera, todas estas cosas juegan un rol. Pero creo que es la forma del estado de bienestar de nuestra sociedad y nuestro modelo de mercado laboral lo que mejor explica el modelo político.

 

R: Dinamarca es también famoso por ser una sociedad con altos estándares de felicidad. La equidad parece jugar un rol determinante. ¿No es así?

 

J: Muy determinante. Lo explica, por un lado, la confianza y, por otro, la solidaridad. Porque existe equidad hay una expresión de movilidad social que se traduce en oportunidades. Ambas cosas combinadas brindan una experiencia de justicia que suma, a su vez, mayor movilidad social. Además, existe el concepto en danés del hygge, que podría traducirse como estar o sentirse bien. Uno puede estudiar el concepto de hygge. Viene gente de Inglaterra a estudiar este concepto. Pero si uno vive en una sociedad dividida en clases sociales, en la que al otro lado de la calle las personas están inmersas en problemas profundos y la pasan mal, es difícil desarrollar en la práctica este concepto. Si se busca el hygge, felicidad, seguridad y satisfacción, la equidad y la responsabilidad social son una parte importante de la ecuación.

R: Hay una cultura del diálogo muy fuerte en Dinamarca. Los y las danesas sostienen conversaciones tranquilas sobre política, aunque tengan ideas muy distintas entre sí. ¿Cómo se transformó una sociedad de vikingos violentos a la de hoy?

 

J: Es una buena pregunta (risas). Después de la irrupción de Facebook en nuestras vidas, uno puede ver que los daneses son descorteses debajo de la superficie. Pero sin duda es cierto que a través de nuestras instituciones democráticas hemos construido una manera de discutir y negociar sobre las soluciones políticas. Aunque esas instituciones no crean por sí solas los consensos, sino que se apoyan en el respeto por los acuerdos a los que se llega. Y la experiencia nos demuestra que esos acuerdos son más sólidos si todos pueden expresar su opinión. Desde un famoso primer ministro Danés de los años veinte en adelante, Thorvald Stauning, se construyó una cultura del acuerdo en la política danesa, donde se buscan y se crean  compromisos amplios y a largo plazo dentro del Parlamento, lo que brinda mucha estabilidad política y una cultura democrática.

Hay un famoso debate danés sobre si la democracia se compone solo por sus reglas formales o si existe un modo de actuar en democracia también. Es central en la forma danesa de pensar la democracia que ésta también significa diálogo y apertura en el proceso de la decisión pública. Estos son valores centrales en Dinamarca. No es suficiente con que las reglas del juego democrático estén escritas en una hoja de papel, se debe informar a la población y mantener un diálogo transparente permanente para que una democracia funcione bien. Tenemos una larga tradición, incluso entre la clase trabajadora y el campesinado, que data desde mediados de 1800 en adelante, donde fueron incorporadas las escuelas efterskole (escuelas opcionales para adolescentes de entre 14 y 18 años de uno a tres años de duración). Las poblaciones organizadas localmente crearon una fuerte sociedad civil donde sus propios habitantes creaban influencia en sus entornos. Estas escuelas impulsaron lo  que se convirtió en una parte de la cultura democrática en la que se discute y se encuentran soluciones entre quienes disienten políticamente entre sí.

 

R: Se puede notar que los partidos políticos tienen muchos acuerdos entre sí y opinan de igual manera en muchos temas. ¿Esto se ve en el Parlamento?

 

J: ¡Absolutamente! En este momento nos acercamos a una elección y los conflictos políticos ganan intensidad. Los partidos opinamos diferente sobre muchos temas. Si fuera el caso de que un gobierno, luego de un período electoral, obtendría mayorías políticas muy ajustadas, mucha gente pensaría que no es la forma adecuada de hacer política. Hay un deseo generalizado de acuerdos amplios porque la población ha experimentado que eso genera estabilidad. Especialmente cuando se trata del mercado laboral, seguridad externa y otras áreas donde es saludable que la estabilidad continúe. El punto de partida es que si hay disenso respecto a una política, se sostienen fuertes discusiones y tensas negociaciones, pero al final del día se realizan acuerdos conjuntos y existe un respeto cultural por los pactos a los que se llega.

 

R: ¿Usted cree que el sistema parlamentario permite conseguir acuerdos más fácilmente o sólo es una de las tantas vías para los buenos compromisos públicos?

 

J: El Parlamentarismo funciona en Dinamarca, y funciona bien. Es una manera sana para hacer política, donde existe una clara representación en la que la población, mediante las elecciones, construye la composición del Parlamento. Pero también existe un respeto por las minorías, hay estabilidad, lo cual es muy sano para una sociedad. Además, si uno es una persona de negocios necesita poder confiar en las reglas de un país para poder invertir. En resumen, tenemos la experiencia que lo importante es relativamente estable y existe la voluntad de escuchar a aquellos a quienes son afectados por las leyes. Este mismo año tenemos un desafío dentro del Parlamento, ya que habrá más partidos chicos que de costumbre que intentarán sostener demandas importantes aunque con relativamente poco apoyo en la población. Entonces, buscarán obstrucciones por parte de los partidos grandes para negociar la capacidad de formar gobierno, y así sucesivamente. Éste es el modo por el cual la política moderna debería funcionar, donde todos tengan la necesidad de tener un perfil de representación claro para que no haya lugar a la confusión por parte de la ciudadanía bombardeada por información y propaganda constantemente. Esto conduce a perspectivas más extremas, menos matizadas y, quizás también, una menor voluntad de acuerdo. Esos son algunos de los actuales desafíos del sistema político danés.

 

R: ¿Cónoce América del Sur? ¿Ha ido?

 

J: Nunca estuve por allá.

 

R: Es bienvenido cuando quiera.

 

J: Me gustaría mucho conocer personalmente América del Sur. Sólo la conozco por los medios de comunicación.

 

R: ¿Hay lugar para discusiones acerca de los países sudamericanos, quizás Argentina, en la política y en los medios daneses? ¿Sobre qué temas en particular? ¿Qué relación existe entre Argentina y Dinamarca o el resto de escandinavia?

 

J: En los países menos ricos, que necesitan ayuda, Dinamarca promueve diferentes programas de apoyo, por ejemplo en Bolivia, donde hemos colaborado financieramente y con la creación de instituciones. Además, existe un gran interés por parte de la industria danesa en la mejora de las relaciones comerciales con América del Sur.

Todo el crecimiento económico que experimenta y experimentará América del Sur es de gran interés para nosotros para trabajar conjuntamente y comerciar. Dinamarca tiene muchos productos, tecnologías y soluciones que el mundo necesita para resolver muchos de sus problemas relacionados a la tecnología destinada a producir energía, tecnologías destinadas al uso en el área de la medicina y la salud en general, etc. También exportamos una importante y diversa variedad de productos del sector alimentario, como también importamos de Argentina sus vinos y su carne, como otros productos que producen mucho placer entre la población de Dinamarca.

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