El día 21 de marzo en la sede Central del CBC de la UBA se realizó un encuentro para conmemorar el 31º aniversario del último golpe militar en la Argentina. Fueron invitados y oradores el director del Ciclo Básico Común Prof. Jorge Ferronato; el Secretario de Hacienda del CBC y profesor del CBC, Leandro Halperín; la Dra. Mary Beloff, profesora titular de Derecho Penal de la Facultad de Derecho y el Dr. Marcelo Alegre, Secretario de Investigación de la Facultad de Derecho de la UBA.
El encuentro contó con la presencia de autoridades de la universidad, profesores, estudiantes y personal auxiliar del CBC.
Las palabras de Leandro Halperín abrieron el encuentro haciendo referencia al rol de la Universidad “que va más allá que el de producir profesionales, producir conocimiento, hacer ciencia; tenemos un compromiso con una determinada forma de vida que es la que nuestra constitución nacional marca.” Esta semana “no es una semana más, es la semana de la memoria”, refirió. “Se cumple un año más de la fecha que dió comienzo a uno de los procesos más duros, más tristes y más salvajes de nuestra historia: la dictadura militar que fue desde 1976 a 1983”, “que además de “producir muerte y desapariciones produjo el terror”, agregó. La última dictadura militar produjo la “destrucción de nuestro sistema productivo, económico y de nuestro tejido solidario”. Halperín manifestó que el proceso dictatorial “produjo el cercenamiento de nuestro derechos fundamentales y las consecuencias las padecemos aún hoy”. La salida de esa etapa se produjo en el año 1983 y fue protagonizada “por el Dr. Raúl Alfonsín, pero sobre todo, un pueblo entero, eligió decirle nunca más a ese pasado”. A partir de ese momento “empezamos a construir una Argentina democrática, más tolerante, plural”, aunque remarcó que “todavía nos falta mucho en institucionalidad y en defender los valores que hacen de este país una república de iguales”. Pensando en la construcción del futuro indicó que en “la construcción del Estado que nosotros pensamos la mirada de los Derechos Humanos tiene que ser contemplada”. Hablar hoy de derechos humanos es “hablar del futuro”, manifestó. “Carlos Nino nutrió a la Argentina y a la Universidad pública de una mirada renovada de los derechos y del acceso a los derechos”. Según Halperín “vivimos en una sociedad donde pareciera que el éxito se impuso frente al prestigio, donde llegar a la meta pareciera ser más importante de cómo llegamos a esa meta”. “A nosotros nos importa cambiar ese paradigma, nos importa cuál es el recorrido que cada uno haga para llegar a la meta”. Y “el estado no puede renunciar a poner más herramientas que brinden un acceso igualitario al ejercicio de estos derechos fundamentales”
Dr. Leandro Halperín, Secretario de Hacienda y Administración del Ciclo Básico Común. #semanadelamemoria #DDHH
Posted by CBC UBA on Tuesday, March 21, 2017
(Ab. Leandro Halperín, Secretario de Hacienda y Administración del Ciclo Básico Común)
Luego la palabra fue cedida al Prof. Jorge Ferronato quien pasó a relatar los antecedentes históricos del golpe de 1976. Se refirió a la década del ‘70 como una década larga (emulando a Eric Hobsbawn con el “corto siglo XX”) para argumentar que la vulneración de los derechos humanos y la violencia política no comenzaron el 24 de marzo del ‘76, sino que empezaron antes. La década del ‘70 empezó el 28 de junio de 1966, cuando derrocan a Illia en la Noche de los Bastones Largos y expulsan de los “institutos de investigación y los claustros a los grandísimos profesores que había forjado en su tradición académica la Universidad de Buenos Aires”, y culmina con la derrota en la guerra de Malvinas en 1982. En el “Onganiato está la semilla de la violencia política que más adelante se va a manifestar en la Argentina durante la década del ‘70”. “La deuda política de la fractura entre peronistas y anti-peronistas no estaba saldada en la Argentina, a pesar del levantamiento de la proscripción de Illia en el 65’”, producto de eso se producen “enfrentamientos entre grupos proto-peronistas, proto-marxistas y trotskistas con grupos de claro contenido fascista como organizaciones que primero fueron la juventud sindical y que luego termina siendo la triple A, que tenía una vinculación con, quizás el personaje más nefasto de la historia argentina, José López Rega”. Esta organización comenzó a funcionar “de un día para el otro, organizadas desde el Estado con una pavorosa elocuencia ideológica, primitiva: lo que quieren hacer es exterminar al otro no dialogar con el otro”, relató el profesor Ferronato.
“La violencia se hizo carne en la Argentina”. “Los unos y los otros se mataban con consignas absolutas, donde no había ninguna posibilidad de comprender al otro. En el medio nacía una postura democrática minoritaria”.
“Esa década del ‘70 fue una época horror, de llanto, de tristeza, de violencia y de muerte”, declamó. Es luego de Onganía que las Fuerzas Armadas “comienzan a apoderarse de la economía real y asumen otro rol” hasta que se llega a una “situación límite el 24 de marzo de 1976 donde ahí muestran la peor cara, de todas las caras, nuestras Fuerzas Armadas. Ahí sí eliminan al otro. Que son todos los que no son ellos.”
Después del desastre de Malvinas “surge un líder de una extraordinaria magnitud” que “propone tres cosas: la libertad, enjuiciar a los responsables del horror y la ampliación de derechos”
Prof. Jorge Ferronato, Director del Ciclo Básico Común. #UniversidadyDDHH #Semanadelamemoria
Posted by CBC UBA on Wednesday, March 22, 2017
(Prof. Jorge Ferronato, Director del Ciclo Básico Común.)
La profesora Mary Beloff comenzó su alocución manifestando que toda su vida se la debe a la Universidad de Buenos Aires. En la UBA se forja carácter y conducta. Aún en la época de la represión había profesores que mantenían la excelencia y la resistencia a pesar del contexto, indicó.
Hoy tenemos que pensar el cómo logramos recuperar la confianza en la ley para que esta sea la herramienta para resolver los conflictos para no pasar a la instancia de la violencia. Porque al interrumpirse el orden constitucional en aquella época “esta sociedad se puso al margen de la ley”. En la Facultad de Derecho se enseñaba “como sí” la ley se aplicara. Hoy en día seguimos pagando esas consecuencias en muchos conflictos donde se ignora la centralidad de la ley para resolverlo. Esta sociedad tiene un trauma para poder pensar el orden, porque cada vez que se tematiza el orden, uno se retrotrae a aquellas experiencias de orden ilegal. Existe, además, una tensión falsa entre seguridad y derechos fundamentales: es la herencia cultural dramática de la historia de dictaduras militares. En el orden de la ley no existe esa tensión.
“Todavía no logramos hablar de derechos humanos como un campo disciplinar: la ley es derechos humanos”, manifestó Beloff.
Es el Estado el que tiene que garantizar los derechos de protección a los ciudadanos, sobre todo a los que están en desventaja social, pero al mismo tiempo debe mantener su rol clásico de no interferir ni dañar para asegurar las libertades negativas: los Derechos Humanos son la gran religión del siglo XX.
Cerró el encuentro el Prof. Marcelo Alegre quien comenzó su alocución diciendo que “ entre todos los problemas enormes que Argentina enfrentaba en en 1983, el primero era el legado de las miles y miles de desapariciones”. Tanto la sociedad como la universidad estaban arrasadas y el Ciclo Básico Común fue la “gran respuesta” para garantizar el acceso masivo y ofrecer un ciclo de nivelación para personas con distintas formaciones de educación secundaria. La UBA fue muy importante en la recuperación democrática, “fueron juristas de nuestra universidad los que proveyeron una arquitectura y un diseño normativo que hizo posible el juicio a las juntas. Carlos Nino fue uno de esos abogados, y ese andamiaje jurídico y teórico es uno de sus legados.”
“No hay compromiso con los derechos humanos si uno no está dispuesto a navegar contra la corriente”, dijo el profesor Alegre. “Alfonsín impulsó desde el Poder Ejecutivo el juicio a las juntas militares de la dictadura y navegó contra la corriente”, quien decía que una sociedad tiene que mirarse desde la perspectiva de los que están peor y los derechos humanos son una protección contra tres desigualdades: las de discriminación, vinculada con los clásicos derechos civiles y políticos, como por ejemplo el derecho a la igualdad entre varones y mujeres; las desigualdades de clase, asociadas con la estructura social, los derechos humanos protegen a las personas independientemente de la condición social en la que hayan nacido; por último están las desigualdades genéticas, las de las personas propiamente dichas. No podemos organizar nuestras sociedades para garantizar sólo el éxito de los talentosos. “Una concepción moderna de los derechos humanos tiene que articular estos tres tipos de protecciones” lo cual nos lleva a hablar de una nueva agenda política donde figuren en un lugar prominente los derechos de las mujeres, el derecho al aborto, políticas como el ingreso ciudadano, etc. Finalizó su alocución declamando que los “derechos humanos son los derechos humanos de todos. No hay dueños de los derechos humanos. Estos son el cemento que nos une y nos hace a todos reconocernos como libres, iguales e integrantes de la misma comunidad que queremos forjar el mismo futuro.”