Contradegüellos es el resultado de un trabajo inigualable de Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos. La obra reunida de este poeta correntino que, más que correntino es un criollo del universo, posee, también, un extenso aparato crítico del que participan autores como Reynaldo Jimenez, Liliana Ponce, Diana Bellessi y Arturo Carrera, entre otros. Como si fuera poco, la editorial nos ofrece con un bonus track: un cd con lecturas realizadas por el autor y lecturas homenaje de los autores que participaron de la edición.
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Cada tanto, alguien se anima a una empresa titánica y rescata, de manera heroica, un tesoro. En este caso, nos toca hablar de Contradegüellos (2016), la obra reunida de Francisco Madariaga editada por EDUNER, la Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Hablar de esta edición supone no solo hablar del contenido de la obra, sino también del importante rol de las editoriales universitarias en el rescate y la preservación de la memoria cultural. Esta edición es el resultado de una política editorial que se opone a la lógica del mercado. Con esto no se está diciendo que Madariaga no tenga lectores (porque los tiene y muchos) sino porque parte de una necesidad de preservación de una voz más allá de cualquier moda. Formar lectores, honrar al creador y su obra, e intervenir en el campo intelectual, esas son, quizá, las funciones primordiales de un editor que toma en serio su trabajo. En este caso, todo eso ha sucedido. Aquel que tenga en sus manos este monumento a la poesía, podrá disfrutar no solo del último dactilograma de Criollo del universo, sino que podrá adentrarse en la vida y obra del autor a través de los textos críticos producidos exclusivamente para esta edición y semblanzas realizadas por poetas como Edgard Bayley, Néstor Perlongher o Tamara Kamenszainz, por nombrar sólo algunos de los detalles que otorgan a Contradegüellos un valor especial.
Madariaga, al igual que Juan L. Ortiz, no se queda en una poética localista. El paisaje correntino es una puerta de acceso a un mundo alucinado, alucinante y alucinador que nos invita a pensar el universo. En este caso es necesario citar, de manera completa, el poema que le da nombre a uno de los tomos del libro: Criollo del universo
El blanco océano gira en mi corazón
mientras canta el otro océano de
plata amarilla,
que se desprende de las aguas del sol.
Ya es muy tarde para ser sólo de una provincia,
y muy temprano para pertenecer,
todo,
al planeta del venidero y sangrante
resplandor.
Oh, acude a mí, a mi jerarquía de peón del planeta,
gaucho con trenzas de sangre,
mi padre,
y ensíllame el mejor caballo ruano del
universo:
para atravesar el agua de oro de la muerte,
y escucharme,
todo,
siempre en ti.
El blanco océano solloza por la inmortalidad.
Esto no quiere decir que Madariaga no abunde en referencias o léxico propio del campo, sino que los lleva más allá, donde la región no es una fatalidad sino una forma particular de vida, múltiple, como las plantas, los animales y los flujos que lo habitan. Su poesía, como la de Juanele, surge de la contemplación de la naturaleza, que no es solo un paisaje estático. En la poesía de Madariaga la naturaleza habla, interactúa y se comunica con su propio mundo de gestos y colores. Su naturaleza está compuesta de infinitos movimientos que componen un edén criollo. Animales, plantas y gente componen una sinfonía continua de puntos y contrapuntos, como alguna vez la imaginó el etólogo Jakob Von Üexkull cuando desarrolló su teoría de los «Mundos circundantes» (Umwelts). Cada poema revela una visión de lo micro y lo macro, como se piensa que originariamente percibía el mundo el primer hombre. Francisco Madariaga habita en ese Edén como si la humanidad nunca lo hubiera perdido. Es por eso que en su poesía abunda el canto, con una voz mas cercana al himno o a la devoción que a la elegía.
La publicación de Contradegüellos pone en discusión nuevamente el espacio que ocupan las universidades y sus editoriales en el desarrollo, la preservación y la construcción de una memoria y un conocimiento ajenos a los tiempos del mercado. Las editoriales universitarias como EDUNER, Ediciones UNL (Universidad del Litoral), EDIUNC (Universidad de Cuyo), Eduntref (Universidad Nacional Tres de Febrero) y EUDEBA (Universidad de Buenos Aires) proponen catálogos ajenos a la demanda comercial pero no a la del conocimiento.
La edición de Contradegüellos a manos de la Universidad Nacional de Entre Ríos y la Obra completa de Juan L. Ortíz, publicada por la Universidad Nacional del Litoral, publicada en 2015 son, seguramente, uno de los hitos editoriales más importantes de las letras argentinas del último tiempo.