En la historia del cine y la animación, salvo honrosas excepciones, las superheroinas han ocupado un papel secundario, casi siempre como acompañantes de los héroes principales (Supergirl, Batichica, por ejemplo). Sin embargo, últimamente las mujeres han cobrado relevancia en el ambito de las películas de acción y superhéroes, géneros que parecían estar reservado sólo para la platea masculina. Las últimas producciones del cine y de Netflix nos han proporcionado una nueva perspectiva sobre esta construcción. ¿Cómo se posicionan las grandes productoras del género ante esta nueva demanda? En esta oportunidad Ignacio Balbuena nos presenta un análisis detallado de la industria audiovisual en relación al nuevo espacio que están ocupando las superheroinas en la pantalla.

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Las superheroínas son un éxito. Esto debería haber sido siempre algo obvio dado que el género superheroico en general, y los blockbusters y series con protagonistas mujeres en particular (Los Juegos del Hambre, Lucy, por poner dos ejemplos recientes) son un éxito. Pero hasta hace apenas tres años, el por entonces CEO de Marvel Entertainment Ike Perlmutter, afirmaba que las películas de superhéroes con protagonistas femeninas estaban destinadas a ser un desastre, amparado en los fracasos de taquilla de películas como Supergirl, Elektra, y Catwoman. Pero si los superhéroes masculinos han tenido oportunidad del borrón y cuenta nueva -recordemos, tuvimos tres hombres araña solo en esta década, y Batman y Superman ya van por la cuarta iteración en lo que va de su historia-, las superheroínas han sido injustamente desprovistas de la oportunidad de poblar la pantalla grande de la misma forma.

Por suerte hubo algún que otro cambio en el panorama. Kevin Feige, presidente de Marvel Studios y productor principal de las películas del Marvel Cinematic Universe, es decir, la saga de películas interconectadas de los personajes de Marvel que ya está por cumplir diez años, ahora responde directamente a Disney en vez de aquel CEO retrógrado que mencionamos en el párrafo anterior. Aún así, cuando le preguntan por una película en solitario de Viuda Negra (Scarlett Johansson), responde con evasivas. El caso de Viuda Negra en los Vengadores es un típico caso del Smurfette Principle, o Principio de Pitufina. Esto es, la inclusión de un solo personaje femenino en medio de un grupo de personajes varones, algo muy aún recurrente en la ficción contemporánea. Es común dentro de las películas de Marvel (Gamora en Guardianes de la Galaxia), pero también en series como Stranger Things (el personaje de Eleven, la chica badass que se destaca del grupo de pibes).

Cada uno de los Vengadores centrales (Iron Man, Thor, Hulk, Capitán América) tuvo su propia película pero Viuda Negra, interpretada por una de las actrices más famosas del planeta, aún no.  No tiene sentido desde el punto de la diversidad, pero tampoco financiero: a esta altura, una película de Marvel protagonizada por Scarlett Johansson sería como imprimir plata. Captain Marvel, un personaje icónico del universo Marvel y un personaje que existe desde los años ‘70, va a ser el primer personaje femenino en tener un papel 100% protagónico en el MCU, después de (cuéntenlas) veinte películas! Por suerte, Warner/DC sacó Mujer Maravilla el año pasado, y fue una revolución: éxito de taquilla, de crítica, e hizo de Gal Gadot un ícono. Pero y así todo, vale destacar que es un personaje que fue creado en los 40’s y tuvo su primer llegada a la pantalla grande recién en el 2017. Mientras, Batman tuvo la oportunidad de hasta usar una bati-tarjeta de crédito de la mano de George Clooney en su cuarta película, y luego se hicieron 3 películas más con su nombre, además de las dos películas del universo DC en las que Ben Affleck interpreta al encapuchado.

Aún así, de a poco los personajes femeninos cobran fuerza en el mainstream audiovisual. Muchos personajes secundarios espectaculares del último año de Marvel fueron mujeres, desde las valkyrias de Thor: Ragnarok (Tessa Thompson a la cabeza) a las chicas de Pantera Negra -Nakya, Okoye, y Shuri-, científicas y guerreras de linaje ancestral en un país con aparente igualdad de género, Wakanda. Y en tv, la cosa va un poco mejor. Ya está en las pantallas de Netflix la segunda temporada de Jessica Jones, una serie que tonalmente se acerca al mundo decadente del policial negro, y que, con su villano capaz de dominar las mentes, cuenta oblicuamente una historia de supervivencia de abuso mental y físico, del que la heroína en cuestión logra sobreponerse. Agent Carter, también de Marvel, se puede ver en Netflix, y aunque es menos conocida, merece una oportunidad. Con un diseño de arte y vestuario atractivo (es una historia de contraespionaje en los años ‘40), cuenta la historia de una mujer que debe hacer frente al sexismo de la época para sobresalir en su trabajo además de claro, tener excelentes escenas de intriga, acción, y ciencia ficción. Por su parte, Warner/DC ya va por la tercera temporada de Supergirl, una serie que empezó casi bordeando la autoparodia (con un primer tráiler en el 2015 que parecía tildar todos los clichés posibles de una serie girly), y terminó siendo un gran éxito. Y hay muchas heroínas excelentes en las series berretas de Warner, pero a la vez, es una pena que personajes icónicos como Black Canary, Hawkgirl o Vixen, hayan quedado relegadas a la pantalla chica de (relativo) bajo presupuesto en vez de poder llegar al mega-mainstream a través del cine. Así y todo, tienen la oportunidad de brillar cada tanto, como en el crossover de las series del Arrowverse (Arrow, The Flash, Legends of Tomorrow), que contó con muchos personajes femeninos en primer plano (y que no eran novias o madres, el lugar habitual al que quedan relegadas las mujeres muchas veces en este género).

Si vamos a la fuente, los porcentajes todavía son bajos. En 2017, los protagónicos femeninos no llegaron al 30% en Marvel, mientras que DC llegaron apenas al 18%, aún así un número históricamente alto para la compañia. De todas formas, hablamos aquí de cientos y cientos de personajes en un número absolutamente inabarcable de cómics. Así que el abanico de opciones es mucho mayor que en el cine. Muchos personajes clásicos, como Iron Man o Thor, son encarnados hoy en los cómics por mujeres, como Riri Williams en los cómics de Invincible Iron Man, o Jane Foster (Natalie Portman en las películas), empuñando el martillo de Thor. Hay espacio para personajes más idiosincráticos, como Ms. Marvel, una nueva versión de un personaje de los 70s que hoy es una adolescente musulmana en vez de una rubia blanca voluptuosa, o Squirrel Girl (el nombre lo dice todo), que ya tiene su debut en tv en camino.

Y por supuesto, Captain Marvel a.k.a. Carol Danvers, la heroína que hará su debut en el cine de la mano de Marvel y Brie Larson, es un personaje ya establecido en los cómics, y es destacable en particular la saga de Kelly Sue DeConnick que empezó en el 2012 y concluyó hace poco. DC lanzó versiones nuevas de varios de sus personajes en la colección Rebirth (disponible en Argentina), y es una buena oportunidad para encarar a personajes como Supergirl y Batgirl desde cero, sin necesidad de todo el bagaje complicado o esotérico que a veces pueden tener los cómics, con su continuidad interminable, crossovers infinitos y relanzamientos constantes. La línea Young Animal, sucesora espiritual de Vertigo -la línea más ‘adulta y edgy’ de DC- ofrece alternativas alejadas del típico mundo superheroico. Allí está el más que recomendable cómic Shade The Changing Girl, una especie de versión libre del personaje Shade The Changing Man, creado por Steve Ditko (creador de Spiderman, The Question, Dr. Strange, entre muchos otros). Además de contar con un arte espectacular y psicodélico, la historia mezcla una trama de sci-fi existencialista con un drama de secundaria, con una chica al frente y el bullying como un tema central.

Fuera del mainstream americano y los superhéroes clásicos, hay otras alternativas. Entre las series de la nueva generación de Cartoon Network está la extraordinaria Steven Universe, que si bien cuenta con un niño como protagonista, toda la cosmogonía de la serie este basada en un universo matriarcal de superheroínas lesbianas. El personaje principal de la serie Steven, eventualmente se fusiona con su amiga Connie, dando  lugar a la aparición del que es probablemente el primer personaje de género no binario en una serie infantil. La sensibilidad queer de Steven Universe y lo importante de sus personajes femeninos (además de una trama brillante, mezcla de tradición comiquera americana y animación japonesa) la hacen una serie esencial. Y finalmente, el catálogo de Netflix tiene disponible una de las grandes series de animación de los 2010s, Puella Magi Madoka Magica -o simplemente Madoka-, un animé que bien podría pasar desapercibida por su estética superficial de típica serie de chicas mágicas al estilo de Sailor Moon. Sin conocer demasiado de la serie, es fácil ignorarla por su portada, pero Madoka es en realidad un thriller psicológico y existencial oscurísimo y profundamente feminista, que es tanto una deconstrucción de los tropos habituales de su género como un manifiesto anti-patriarcal y una exploración de las dificultades de la adolescencia femenina. Hay mucha demanda de personajes femeninos en la cultura pop, queda esperar que de a poco los grandes estudios les den a las mujeres su lugar en el spotlight (a los personajes en la ficción, y a las creadoras detrás de escena).

 

Links de interés:

https://www.newyorker.com/culture/on-television/jessica-jones-season-2-is-a-portrait-of-female-rage

https://www.themarysue.com/psychopathy-feminism-and-narrative-agency-in-madoka-magica/

https://www.avclub.com/take-note-hollywood-tv-did-right-by-its-female-superh-1820846044

https://www.theodysseyonline.com/su-feminist

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