¿Qué dice lo que escuchamos? ¿Qué subjetividad se construye con la escucha? En el último tiempo, el patrón de la música comercial ha virado del rock y el pop a derivados de la música caribeña: ritmos, pronunciación, lírica y estética visual. Lo «latino», como suele definírselo, se ha expandido a EEUU y Europa, y «por derrame», al resto de las comunidades de habla hispana, como Argentina. ¿Hay alguna correlación entre la escucha de la nueva generación y el resultado de las PASO? En esta oportunidad, Julieta Biscay, integrante del Seminario Permanente de Estudios sobre Rock Argentino Contemporáneo nos ofrece una reflexión sobre el consumo musical en las aulas.
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Soy docente de escuelas secundarias del conurbano e integrante del SPERAC y para la semana de la ESI de este año les propuse a lxs pibes que trajeran música, la escuchamos en clase y analizamos las letras. Charlamos sobre los estereotipos, sobre la cosificación de la mujer, etc. Hubo acuerdos en cosas que supuse que íbamos a acordar y desacuerdos en cosas que también supuse que no íbamos a acordar. Porque hace mucho que veo (y escucho) que mis alumnxs apoyan y (van a volver) a votar a Milei.
En rasgos generales, podemos estar de acuerdo con que gran parte del voto a Milei está relacionado con la deplorable situación económica que estamos viviendo en el país. Pero no quiero cometer el mismo error que algunos partidos políticos y subestimar la propuesta ideológica que conlleva el apoyo a la derecha: un avance contra los derechos conquistados no solo en materia de derechos humanos sino también en cuanto a las mujeres. Milei se propone como un claro opositor a los métodos más radicales del feminismo y varios intelectuales interpretan el apoyo de varones jóvenes en relación a los escraches que muchos sufrieron acusados de abuso en instituciones educativas.
Pero hay que dejar de echarle la culpa a las feministas al menos por 50 años. Y revisar la reproducción de estereotipos que terminan en discriminación, en una sociedad que valora al que más tiene sin ver como lo consiguió. El capitalismo impuso sus reglas del juego en las que el mercado es juez y parte de cada movimiento de fichas, de avances y retrocesos que siempre benefician a los mismos. Ya nos mostró lo que es capaz de hacer a nivel cultural para sostener los hilos marionetales de una sociedad que no puede o no quiere moverse por sí sola. Las letras de algunas canciones son ejemplo de eso: cosifican cuerpos, proponen consumirnos, justifican la violencia de género, etc. ¿Qué nos pueden decir las letras de las canciones que escuchan lxs pibes hoy del mundo en el que vivimos, del mundo que ellxs habitan? Mundo de repetición y manoseo constante. Pero también, ¿Qué nos puede decir el rock del mundo actual? Si “el rock es una ruina, no porque allí no haya nada, sino porque su potencia está dormida y hay que activarla”1 (Emiliano Scaricaciottoli) o está perdiendo en la correlación de fuerzas (diría Santoro) con otros géneros reproductores de la opresión y la explotación, quizás sea hora de levantarse y luchar, de despertarse y subirse a un escenario a tocar, de cortar la calle y cantar. Pero no para decir que la salida es individual ni que las calles/diagonales de La Plata son laberintos borgeanos en los que paso todo el día pensando en vos…
¿Por qué, paradójicamente, en el bunker post PASO o los actos de Milei, sonaban La Renga, Los Redondos, La Bersuit y otras bandas de rock nacional que nada tienen que ver con las propuestas de La Libertad Avanza? ¿Por qué mientras el candidato grita2 y baila sobre el escenario “Hola a todos/yo soy el león” sus votantes escuchan y bailan reggaetón, cumbia o bachata? Sin ánimos de generalizar, mis hipótesis se basan en lo trabajado con estudiantes de escuelas públicas del conurbano bonaerense: no todos los que votan a Milei escuchan dichos géneros, ni todos los que escuchan esos géneros votan a Milei. Pero eran muchos en los que ambos factores coincidían.
Lxs pibes trajeron lo que escuchan y ahí sonaron las alarmas: muchas (pero muchas) canciones eran de bandas evangelistas y en muchas otras primaban la cosificación del cuerpo, el consumo y la violencia de género3:
“No te asombres si una noche/ entro a tu cuarto y nuevamente te hago mía/ bien conoces mis errores/ el egoísmo de ser dueño de tu vida/ eres mía (mía, mía) / no te hagas la loca, eso muy bien ya lo sabias” (Romeo Santos, “Mia”)
“Eso que has cometido no lo justifica Dios/ le has quitado la vida a un niño sin razón/ quizás podría ser un pelotero o un bachatero o algo mas/ y no lo sabrás porque la vida tú le has quitado/ como fuiste capaz a nuestro hijo tú lo has matado” (Aventura, “El aborto”).
Los ejemplos citados son del mismo cantante, Romeo Santos, quien formaba parte de un grupo llamado Aventura. Fueron varixs estudiantes lxs que trajeron ejemplos de ese mismo cantante y considero que no es casualidad que estas ideas se relacionen directamente con el voto a Milei, quien a su vez se encarga sistemáticamente de hablar en contra de la ESI y el derecho al aborto para ganar la mayoría del voto evangélico de nuestro país. Tampoco es casualidad que dichos grupos religiosos se hayan ido instalando a lo largo de estos años en los barrios más humildes y se hayan construido como una respuesta, que el Estado no da, a las necesidades de quienes habitan allí. Lo que pasó con Bolsonaro en Brasil es otro ejemplo.
Durante años las letras de la música que “la mano invisible del mercado” le impuso a nuestrxs jóvenes, de cosificación y consumo de cuerpos, de interés solo por el progreso personal sin importar cuantas cabezas pisas, de lo material como muestra de progreso no encontró un candidato político que los representara. Hasta hoy: Milei conjuga la meritocracia más derechista con la violencia del hartazgo en un grito, en una canción: “Rugió la bestia en medio de la avenida”. Y eligió bien el tema porque “Todos corrieron, sin entender/ Panic show a plena luz del día”: Milei impone la agenda política de los medios y su show monstruoso genera pánico en algunos y fascinación en otros.
Si un candidato de la derecha más conservadora, al que muchos ridiculizaron y subestimaron porque no ocuparon su tiempo en escuchar a lxs pibes (el aula siempre es un termómetro que anticipa mucho de lo que después emerge en gran parte de la sociedad) logra resignificar4 (juicios de por medio que poco le importan) letras de canciones de rock que formaron parte de estallidos sociales o luchas por los derechos humanos es porque hubo quienes también dejaron el espacio vacío para que eso sucediera, “durmieron”.
Esa siesta de años, posiblemente llamada kirchnerismo, logró acunar bajo sus alas protectoras del Estado a bandas que dejaron de hacer ruido, de perturbar, para pasar a hacer “oídos sordos”. La resistencia se convirtió en slogan. Y la escena del barrio la conquistaron otros. Dice Mauro Petrillo en Contra la Moderación: “Paradójicamente la institucionalización del rock con bandera juvenil, la captación casi absoluta que el mercado llevó a cabo con paciencia y estrategia maquiavélicas de los valores en origen contestatarios que formaban el universo estético y cultural del rock, hizo que los ejes libertad-creencia-autenticidad-valentía fueran lentamente perdiendo fuerza vital en el rock para pasar a ser pilares de las manifestaciones cristianas juveniles, masivas a destajo y, de un tiempo a esta parte, bastión fundamental de las Iglesias Evangélicas” (174).
¿La rebeldía se volvió de derecha?, título de un libro de Stefanoni, no deja de ser una pregunta válida en un país que dio por saldada la discusión sobre los derechos humanos y, en el año en el que se cumplen 40 años de democracia, la derecha logra sacar un 30% de votos en las PASO y hacer un acto en defensa de los genocidas en la Legislatura. Si la rebeldía se volvió de derecha será quizás porque la rebeldía fue siempre sinónimo de violencia. Violencia que se ocuparon de limpiar en la izquierda para poder ganar votos5.
Si muchas de las canciones que sirvieron de sonido de fondo para la rebelión popular del 2001, hoy quieren ser resignificadas por el monstruo de Milei, que hasta se apropió y resignificó la palabra “libertad”, como alguna vez lo supieron hacer los milicos con la Revolución Libertadora, ¿cómo se combate al monstruo?6 Hace dos años, Emiliano se preguntaba eso y quizás la respuesta esté, hoy más que nunca, en crear otro monstruo, salir de la tibieza, dejar de perder la calle, recuperar el valor de la violencia revolucionaria frente a la violencia burguesa del Estado. Parece que Argentina se está portando mal y, si sigue por ese camino, de no recuperar la lucha por los derechos (con rock sonando de fondo), será castigada.
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1 https://revistaruda.com/2023/05/03/emiliano-scaricaciottoli-el-rock-es-una-ruina-no-porque-alli-no-haya- nada-sino-porque-su-potencia-esta-dormida-y-hay-que-activarla/
2 “Gritos en las sombras, sirenas cantantes, las de Homero y las de los patrulleros” (Petrillo, 2021:170)
3 Lxs pibes no escuchan Las manos de Filippi o canciones que hablen de la mujer como escribe el Cabra: “La mujer fue colocada en ese sitio… para garantizar la explotación… El Estado reguló lo que hay que ser si sos mujer/ cómo ser si sos varón” (“El Cabra” toca este tema, creado a partir de un curso de género del Partido Obrero, en una entrevista con Alejandro Bercovich) https://www.youtube.com/watch?v=ITujEtip6yw
4 Jugando un poco podríamos pensar que él se considera el rey de un mundo perdido, nos destrozará y todos los cómplices (“la casta”) ¿son de su apetito?
5 “La crisis actual de la civilización humana es la crisis de la dirección revolucionaria” (Trotsky, Programa de transición)