Stoya (1986) es actriz porno, escritora y fotógrafa. El año pasado participó en la película serbia de ciencia ficción A.I. Rising (2018) y publicó su libro de ensayos Philosophy, Pussycats, and Porn. Participa como columnista en Vice, The Guardian, The New York times y The Verge, entre otros medios. Actualmente también dirige el sitio web ZeroSpaces, donde publica investigaciones sobre sexo y contenidos de los que no se encargan el resto de los medios, y dirige un Club de libros. En esta oportunidad, Alan Ojeda la entrevistó para Código y Frontera para conocer sus reflexiones sobre la industria del porno, la educación sexual y el feminismo.

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-¿Cuándo empezaste a tener una visión mas crítica o analítica en relación a tu trabajo? ¿Cuándo apareció esa perspectiva más filosófica?

Mi primer año en la entrega de premios AVN con la compañía Digital Playground, en una presentación, un periodista se paró y me preguntó: “¿Cuán decepcionados están tus padres?”. Yo le dije: “¡Wow! ¿En serio? Podés darte media vuelta, salir de acá y pensar en lo que me dijiste. Y si podes pensar una pregunta desde una posición neutral o incluso positiva, entonces podés volver a las 5 en punto, cuando acabe mi turno». Y lo hizo. La misma semana una mujer se me acerca y me dice: “No soy un fan, tengo una pregunta”. “Oh, Dios”, pensé. Me preguntó si hago escenas con mujeres, y le respondí que sí. Después me preguntó si hacía escenas con hombres, y también le dije que si. “¿Pero salís con mujeres?”, me preguntó. Le digo que no, y me dice: “¡Sabía que no eras una lesbiana de verdad!”. ¡Al menos dame la oportunidad de decir que tampoco salgo con hombres!”. Si, salgo con gente que suele ser “hombre”, pero eso sólo es estadística. Ese fue el momento en el que me di cuenta que no se trataba sólo de salir y responder algunas preguntas, sino que iba a tratar con periodistas y explicarles sobre mi comunidad. Me di cuenta que tenía que ser más eficiente para escribir cosas por mi cuenta. Hay textos que no los mandó a ningún lugar porque no quiero que los editores se metan con eso. Lo que está en ese “afuera” de lo que queda publicado, es lo que va a mi blog. 

Hace ocho años nadie estaba de acuerdo con que se hablara de enfermedades de transmisión sexual desde el ámbito del porno. Por eso me tuve que volverme más clara al hablar del tema. Por ejemplo, si quiero hablar sobre los programas de control sobre enfermedades de transmisión sexual en el porno. ¿Qué significa eso? ¿Qué significa para un adolescente que usa el porno como ejemplo? Entonces pienso: “Ok, esto va en tumblr”. 

Así que… AVN 2008. Ese fue el momento.

-Recién hablaste de los adolescentes… El porno ha sido acusado reiteradas veces de funcionar como un modelo irreal para las relaciones sexuales ¿Es posible pensar en una industria del porno orientada a representar un modelo más realista de la exploración sexual?

Son dos cosas separadas. El porno es entretenimiento. Las representaciones realistas de la sexualidad tienen que surgir de los educadores. Esto no es algo que hable mucho en público, pero estoy realizando los cursos iniciales sobre educación sexual que tengo a mi alcance. Yo no tengo un título de grado, por lo que hay muchas instituciones de las que estoy excluida. Pero, debido a mi trabajo uno a uno, a las preguntas que me hacen sobre sexo y asesoramiento sexual, era necesario. 

Uno de los temas principales en los cursos sobre educación sexual es cómo aprenden los adolescentes. Hay gente que le dedica toda su vida a ver cómo funciona el cerebro de los jóvenes y cómo educarlos. Necesitamos de esa gente y los recursos apropiados para traerlos acá y producir mejores materiales de educación sexual. Tenemos que poner toda la atención en esto, porque hay que lograr que la educación sexual sea más accesible que la pornografía. Cerrar las páginas de pornografía gratuita no me molestaría, porque no creo que esté bien que un chico entre a su buscador y se encuentre con todo este material explícito y fuera de contexto. Empresas como Kink.com hacen un gran esfuerzo por producir videos donde se muestra el momento previo al sexo, la negociación y  los momentos posteriores, donde todos chequean que el resto esté bien. Eso es muy importante, porque después en Pornhub es solo penetración. He hablado largamente con Tobi HIll-Meyer. Ella muestra muchos cuerpos trans en sus producciones, y lo hace con respeto y humanidad. Pero después alguien va a Pornhub y el título del video no es “John y Kate haciendo el amor”, es “Trany organs fuck”.

El problema no es que los adolescentes estén expuestos al porno, el problema es que estén expuesto a un tipo de porno al que le han arrancado todo lo bueno. Necesitamos una educación sexual de mejor calidad, en todos los idiomas, y que sea más accesible que el porno hardcore. Simple ¿no?

-Como escritora, cumplís un rol activo reflexionando sobre la relación entre porno, sociedad y sexualidad. ¿Crees que tu trabajo como actriz porno cambió la forma de entender y experimentar tu sexualidad? 

Hacer pornografía me permitió hacer cosas que serían muy difíciles de arreglar con un ciudadano promedio. Tipo: “Oh, doble penetración. No se si quiero estar tan cerca del pene de otra persona”. El hombre promedio tampoco entiende nada de sexo anal. Pude experimentar esas cosas de forma segura con expertos. De otra manera hubiera sido difícil de coordinar, y posiblemente menos divertido. El hombre promedio está demasiado ansioso por el sexo y se olvida del calentamiento y los juegos previos.

-¿Cambió tu relación con el deseo?

Obviamente. Poder experimentar mis deseos más salvajes en video me puso en una posición en la que, cuando me preguntan qué estoy buscando o qué quiero, yo digo: «Ehhh…sólo un poco de conexión humana”. La gente suele pensar que el porno agota tu deseo sexual, pero lo que pasa en verdad es que lo atempera. Hacer todas estas cosas locas en cámara hace que después esté más preocupada en que exista una conexión humana real. Ya no te interesa si hay o no penetración o si alguno de los dos tuvo un orgasmo, se trata sobre si hay conexión o no. Eso es lo que importa para mi.

-Algunas expresiones del feminismo están en contra del porno por considerarlo humillante y violento. ¿Cuál es tu visión sobre el porno y la liberación femenina? 

Hay un grupo de feministas que están políticamente en contra del sexo, y hay otro grupo de feministas que piensan que todo el porno es degradante para las mujeres. Eso me deja a mí preguntándome si lo que yo hago es porno, porque nosotros no degradamos a las mujeres.

Existe este problema con el Gobierno de los Estados Unidos cuando intenta definir qué es el porno, y los jueces dicen: “Lo diré cuando lo vea”. Entonces aparece un grupo de feministas que dice que es porno cuando es degradante para las mujeres. ¡Pero yo quiero hacer un porno que no sea degradante para las mujeres! Todo empieza con el problema de la definición del concepto. 1-Qué es sexo: el sexo comienza con el beso o comienza con la penetración. Todos tienen su propia definición.  2-Qué es pornografía: algunas personas dicen que es sólo producción en video, otros dicen que es cualquier cosa que sea “sexualmente explícita”. Y ahí está el área donde todos dicen: ésto es porno, aquello es porno, tal cosa es porno. ¡Dejen de preguntarse por el significado de la palabra! Bueno, la verdad no sé con qué  tienen problema las feministas que están en contra del porno. Se detienen especialmente en lo sucio o en lo que provoca alguna sensación desagradable. Además, lo que es degradante en un momento, en otro puede ser divertido. Así que todas estas definiciones no son muy funcionales. 

-¿Creés que se puede producir porno feminista?

¿Bajo el capitalismo? No. Entonces volvemos al problema de las definiciones. ¿Qué es ser feminista? ¿Es sobre cómo son representadas las mujeres? ¿Es algo relacionado al buen trato y una paga apropiada? Vi funcionar un montón de política feminista cuando no estaban dadas las condiciones laborales, o sí estaban dadas las condiciones, pero se trataba de una empresa muy heteronormativa que hacía porno violento. ¿Dónde está el feminismo’ ¿Qué es? Entonces estamos con el mismo problema que con el porno, no hay una definición. 

-¿Cómo cambió la industria del porno en relación a los debates del feminismo?

Ahora muchas compañías mainstream  tienen códigos de conducta públicos para sus actores. También estamos tratando con muchas empresas pequeñas, como por ejemplo Digital Playground, que tendrá 30 o 40 trabajadores. Obviamente hay códigos de conducta tácitos y si alguno los rompe un par de veces, posiblemente sea echado, pero creo que el establecimiento de un código formal es un paso en la dirección correcta. Es algo que el cliente puede pedir y juzgar si las decisiones de la empresa están en consonancia con su postura ética. 

-En un artículo en el New York Times hablaste sobre la educación sexual norteamericana y la llamaste «no-funcional». ¿Por qué? ¿Cuál crees que es el problema detrás de la forma en la que se encara la educación sexual?

Creo que todos ustedes saben algo sobre el punto de vista del cristianismo sobre el sexo… ¿no? Nosotros fuimos fundados en esa división entre el Estado y la Iglesia. Es una violación de todos los principios que norteamérica defiende enseñarle a los jóvenes que deben seguir los valores cristianos. En las escuelas públicas norteamericanas están enseñando una concepción cristiana de la sexualidad a los estudiantes. No esta funcionando bien. Otro problema es que los educadores están un poco desactualizados. En los cursos que estoy tomando mencionan al LGBT…¿Pero dónde está la Q, la I y la A? ¿Dónde está el espacio para los que son asexuales? Se enseña que hay que controlar el deseo, y dejan afuera a la gente que no tiene deseo sexual. La juventud con tumblr y esas cosas ha sobrepasado a la gente que da los cursos de educación sexual. Hay todo un mundo nuevo. Yo soy millennial, tengo 33, cuando fui a la escuela el LGBT no estaba en el radar de discusión.

Los chicos están diciendo que aprenden sobre sexo viendo porno. Necesitamos preguntarles por qué pasa eso, a qué están dispuestos a prestar atención. Si nos tomamos el tiempo de escucharlos vamos a saber qué medidas de seguridad toman y cuáles son las que desean aprender. Por otro lado soy una actriz porno de 33 años y sin hijos, así que no se cómo funciona eso, pero me parece que saber dónde estar parados y partir de ahí es una forma más eficiente de enseñar educación sexual. 

-Continuando con el tema de educación sexual, hay un tema que acá en Argentina está muy vigente: la legalización del aborto. Estados Unidos legalizó el aborto hace más de tres décadas. ¿Cuál es la percepción social del aborto después de tantos años? ¿Sigue siendo taboo?

(Risas) ¡Alabama, Georgia y Luisiana le acaban de sacar a las mujeres el derecho de abortar! Lo estamos perdiendo. A mi me han llamado “retardada” por haber tenido más de un aborto. No está bueno. Yo tomé la mejor decisión para todos los implicados, y después fui dejada por una de mis parejas por ejercer mi poder a decidir, porque él se sentía muy molesto porque había rechazado a su bebé. No es placentero, no es fácil. Hay un montón de estigma y prejuicios. Estamos perdiendo el derecho de abortar. En los últimos años el tema de la legalidad se transformó en algo más de los Estados en particular que Nacional. La verdad es que estoy muy feliz de ser una neoyorkina. Georgia ya se siente como si fuera un lugar totalmente distinto de los Estados Unidos, porque yo soy una neoyorkina y allá en Georgia el derecho al aborto no existe más. 

Voy a sacar mi Biblia. Jesús en los Evangelios: “¡Ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!” (Lucas 21: 23-25). Lo dice Jesús. ¡Qué terrible debe ser tener un bebé cuando todo es disfuncional! Cuando la gente empieza a decir cosas sobre el aborto, yo pregunto: ¿No leíste los Evangelios?. No te digo el Génesis con todas esas genealogías y demás…¡los Evangelios!.

-Vos tenés un proyecto personal llamado ZeroSpaces. ¿Esa es tu respuestas a la necesidad de crear nuevos espacios fuera del mainstream?

Por un lado tenemos el mainstream. Yo escribo para los medios mainstream: The Guardian, The New York Times, Playboy, etc. Por otro lado tenemos el porno. No hay mucha escritura en el ámbito del porno. Hay algunas publicaciones, algunas charlas sobre temas legales, algún perfil de una nueva actriz, pero no mucho más. No se superponen. No se escribe sobre sexo y sexualidad de forma explícita sin que sea pornografía. Y de nuevo volvemos al problema de la definición. No sé qué es pornografía. No sé si la palabra pornografía aplicaría para esto. Entonces creé mi propio sitio y contrato a la gente que yo quiera para que me de su punto de vista. Si alguien entra a ZeroSpaces con una idea tradicional de pornografía, posiblemente salga decepcionado. Por ejemplo, hay una serie de investigaciones sobre la forma en la que la gente tiene sexo a través de la tecnología. En el sitio hay muchos trabajadores de la industria del porno hablando desde su experiencia o escribiendo sus propias columnas.  

-Hablando de escribir, el año pasado salió tu libro Philosophy, Pussycats, and Porn. ¿Cómo surgió la idea de hacer un libro?

La gente empezó a preguntar por una versión impresa de los textos que escribo, y por varios años no tenía mucho sentido. ¿Cómo le voy a pedir plata a la gente por algo que pueden encontrar gratis en internet? Hasta que dije: “Bueno, hagámosle caso a la gente”. Y resulta que había muchas personas que prefería la versión impresa. La editora hizo un gran trabajo dándole estructura al libro. Hizo cosas que yo no hubiera podido hacer sola. Esto hizo que mi contenido llegara a otra audiencia a la que no hubiera llegado de otra forma. 

-¿Hay más actores o actrices porno que hayan publicado libros reflexionando sobre la sexualidad y su trabajo en la industria del porno?

Joana Angel escribió Night Shift: A Choose-Your-Own Erotic Fantasy que es un libro del tipo “elige tu propia aventura”, pero que en verdad esconde un montón de cosas sobre educación sexual. El libro es sobre una chica que trabaja en un sex-shop, que acaba de terminar la universidad, que es muy naif, y atraviesa todas estas aventuras sexuales que elige el lector. Es fantástico. Asa Akira escribió dos libros de memorias e hizo una antología de relatos eróticos. Jiz Lee publicó Coming Out Like a Porn Star: Essays on Pornography, Protection, and Privacy. Muchos de los ensayos del libros de Jiz hablan sobre cómo se ve afectada tu vida cuando te transformás en una actriz porno. Danny Wylde tiene una novela del género fantasy en la que habla sobre su experiencia como trabajador sexual. Christy Canyon y Jenna Jameson publicaron memorias más tradicionales, que empiezan con la juventud continúan a lo largo de su vida. Creo que eso es todo en lo que refiere a performers del porno.

 

-Otro de tus proyectos recientes es un «Club de libros». ¿Como nació el proyecto?

El organizador que dirige el lugar me preguntó si podíamos hacer algo, y yo dije: “¿Por qué no un club de lectura?”. Algunos de los asistentes recomiendan libros ahora, lo que me parece genial. Hay libros de los que nunca hubiera sabido nada si no me los recomendaron.

Ahora estamos viendo cómo llegar a otro nivel. ¿Hacemos un broadcast on-line? ¿Lo llevamos a otras ciudades? 

-Por último: sabemos que sos una gran lectora y que te gusta mucho la ciencia ficción. ¿Cuáles son tus libros favoritos? 

-El juego de Ender, de Orson Scott Card: es una de las mejores novelas de ciencia ficción que leí y hace un muy buen trabajo hablando del racismo.
-Spangle, de Gary Jennings: Es una novela histórica sobre la comunidad circense después de la Guerra de Secesión. 
-The Marketplace, de Laura Antoniou: es una serie de novelas sexualmente explícitas, extremadamente. Es una de mis favoritas.
-Historia del ojo, de George Bataille: es un libro increíble al que nunca dejás de encontrarle cosas nuevas.

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